Aférrate al maestro y síguelo

Pregunta: ¿Qué debo hacer si la intención que nos da antes de la lección se pierde en el siguiente instante?

Respuesta: No hay nada que puedas hacer; ¡Tenemos que continuar renovando las intenciones! Yo doy la dirección, y tú tienes que quedarte con ella. Si lo haces, significa que me estás siguiendo.

Esta es la razón por la que vienes a la lección. ¡No es ejercitar tu mente penetrando a través del texto! La esencia de tu trabajo no está en usar tu cerebro sino en hacer un esfuerzo para mantener la intención.

Tienes que seguir el curso y seguirme. No puedo permanecer recordándotelo cada segundo, lo que significaría arrastrarte por la fuerza. Escríbelo para ti mismo y más tarde aférrate a este pensamiento. Y no importa cuánto del texto escuches; la clave es trabajar en mantener la intención. La intención es justo esa «fuerza mágica» (Segulá) que te revela lo que El Zohar está describiendo.

Si tu intención llega hasta el grado adecuado, puedes entender El Zohar incluso en un lenguaje que no te es familiar; puedes revelarlo y comenzar a vivir en el Mundo Superior, recibir nuevos órganos de percepción, es decir, entrar tú mismo en la espiritualidad. Y no tiene nada que ver con suposiciones intelectuales. Un nuevo sentido tiene que emerger en ti. Por lo tanto, tienes que ejercer tu propio esfuerzo apuntando específicamente a esto y esperar que la Luz descienda y te reforme con una acción específica.

No puedo hacerlo por ti. Sólo puedo ayudar y recordarte, pero nada más. Por lo tanto, está escrito en «Un discurso por la finalización del Zohar» y otros textos, que uno necesita aferrarse al maestro. Esto es exactamente de lo que estamos hablando.

Entonces, debes continuar sobre la directriz que te proporcioné al principio de la lección y construirla. Esto constituye nuestro trabajo común.

Cada día por tres horas de lección, debes permanecer en la misma intención pero hacerla más precisa, afinándola poco a poco, día con día. Debes hacerlo para que no desaparezca, sino se haga más y más clara, breve, y articulada, es decir, más discernida.

Escríbelo; estoy dándote una pista que siempre te regresará al camino. Si te pierdes, pregúntate: «¡¿Qué será de mí?!» Es decir: tienes un dolor, no necesitas nada más.

(27664 – De la segunda parte de la lección diaria de Cabalá del 25 de noviembre 2010 – El Zohar.)

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