Alabar no es adular

Dr. Michael LaitmanRabash «Poderosa roca de mi salvación»: En la canción de Januca nosotros decimos, «Poderosa roca de mi salvación, adorarte es una delicia. Restaura mi Casa de oración y nosotros traeremos allí  una ofrenda de agradecimiento». La canción comienza con palabras de alabanza, «Alabarte es una delicia» y luego sigue con palabras de ruego, «Restaura mi Casa de Oración».

Después, vuelve con palabras de agradecimiento y alabanza, «Y nosotros allí traeremos una ofrenda de agradecimiento».

Nosotros siempre evaluamos los estados de acuerdo al orden de las vasijas. Después de todo, la Luz está en absoluto reposo y todo depende de si yo me las arreglo para alinear unas vasijas con otras y las uso correctamente de acuerdo a las medidas adecuadas de «intensidad» y «transparencia», de una forma u otra. Consistentemente con esto, yo alcanzo la máxima, más efectiva influencia de la Luz.

Igualmente, nosotros organizamos nuestra petición, si por ejemplo hacemos un llamado a las autoridades públicas. Esta apelación deberá ser correctamente formulada y llevada a las personas «correctas» y a veces nosotros necesitamos usar el patrocinio en nuestro mundo no corregido…

En resumen, el procedimiento debe ser muy claro. Nosotros actuamos comenzando con los deseos más puros y continuamos con los deseos más «brutos», vamos del menos importante al más importante y en caso de necesidad, lo hacemos al revés.

Pero antes de volvernos hacia el Creador, yo tengo que «desarrollar» la gratitud dentro de mí, despertar la importancia de la meta, la importancia del Dador, y Su grandeza. Esto es proyectado en la inmundicia de nuestro mundo como adulación y subordinación a fin de ayudarles a conseguir lo que ustedes quieren. Sin embargo no hay patrocinio en la espiritualidad, yo elevo mis ojos hacia Él  y esto arregla mis vasijas, deseos en la forma correcta. Por lo tanto, me acerco más a Él.

De cualquier manera, los cambios sólo suceden en las vasijas y la Luz permanece sin cambios. La gratitud y alabanza no son necesarias con el fin de calmar al Creador, sino para nosotros mismos, ellas nos dejan acercar más a Él.

Pero no porque Él de algún modo se ablande con nosotros. Nada cambia en Él. Ahora yo veo que Él está sonriendo y luego está enojado. Sin embargo, sin importar qué, yo revelo todo esto dentro de mi propia percepción. Y en Él, todas las caras son las mismas, sin ninguna discriminación, sin ninguna forma…

(122070 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 3 de Diciembre del 2013, Escritos de Rabash)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *