No siempre puede el hombre sobreponerse a su deseo egoísta y elevarse por encima. Es decir, su inclinación por otorgar aún es muy débil, comparada con ese gran deseo de recibir. Por eso, se siente decepcionado, pues, dentro del egoísmo, no recibe resultado de su trabajo.
De acuerdo al programa de la creación, su alma ya debería haber progresado hacia el deseo de otorgar, en lugar de estar dirigido hacia sí mismo, estar dirigido al Creador. Por eso se le muestra que cometió un error en alguna parte del proceso espiritual. Necesita revisar dónde estuvo ese error para tener éxito la próxima vez. Esa próxima vez puede ser en unos cuantos segundos o minutos.
Si no veo éxito en mi camino espiritual, aún no estoy preparado y le agradezco al Creador por mostrarme que aún no puedo progresar directamente de error en error. Así aprendemos en la escuela: primero escribimos, después trabajamos en los errores cometidos y gradualmente progresamos.
También es verdad en el avance espiritual, hasta el final de la corrección. Siempre revelamos nuestros errores y avanzamos con base en ellos. Todo nuestro avance es revelar errores y aprender de ellos.
Está escrito: “Mil veces el justo caerá y se elevará de nuevo”. Sólo como resultado de caer, revelamos nuestro error, lo corregimos y nos elevamos al siguiente estado. En el siguiente estadio, intentamos hacer algo, cometemos un error, caemos, revelamos la caída, la razón del fracaso, corregirnos nuestra actitud y nos elevamos.
Así sucede todo el tiempo, por eso está escrito: “Mil veces caerá el justo y se elevará de nuevo”. No pienses que ascenderás los grados elevados de la escalera espiritual, como si estuvieras en un ascensor. Siempre habrá, primero una caída, para que entiendas por qué caíste y te corrijas a ti mismo
Precisamente al corregir las caídas analizamos las Reshimot. Como en el mundo de Adam Kadmon cuando AB y SAG nacen de Galgalta.
¿Por qué se desarrolla el Partzuf? Porque siente su debilidad e incapacidad para recibir la luz. Por eso, es imposible avanzar sin caer. Es la caída lo que revela el deseo de recibir más profundo, oculto en el hombre, cualidades más sutiles y profundas que lo ayuda a avanzar.
Es lo mismo en cualquier profesión: primero, revelamos los problemas y a partir de ellos llegamos a la ruptura y a la corrección. No hay elección, los seres creados pueden alcanzar lo perfecto sólo a partir de lo imperfecto. Mientras más avanzamos, más imperfecciones vemos en el Creador y al mismo tiempo descubrimos que exactamente es la perfección, si observamos con ojos corregidos.
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De la lección diaria de Cabalá 11/sep/21, “Fe por encima de la razón”
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