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Todos los días festivos, simbolizan estados especiales en la elevación espiritual del hombre. Si trabajamos, tal como deberíamos, año con año, día tras día, ascendemos en la escalera espiritual, cada vez más, hasta alcanzar la completa adhesión con el Creador

Ascender sobre el egoísmo, se llama Pesaj, salida de Egipto; y adquirir la fuerza de otorgamiento, se conoce como celebración de Shavuot.

Luego, el hombre se juzga a sí mismo y ve que no es capaz de otorgar, se conoce como 9 de Av.  Y después, decide renovar completamente su vida, con una nueva relación hacia el Creador, lo que se conoce como Año Nuevo, Rosh Hashana.

Lo más importante es hacer un cálculo correcto sobre la forma de entrar a este nuevo período, a este nuevo momento. Muchas veces, se desea cambiar la vida, como si empezara todo de nuevo. Es la señal del Día del Juicio, Yom Kippur, uno de los días por los que todos deben pasar para llegar a la equivalencia de forma con el Creador. 

Yom Kippur viene de la palabra “expiación” (Kapara); es cuando pides perdón al Creador. Finalmente, te examinas y ves que muchas veces tuviste oportunidad de corregirte y lograr adhesión con el Creador, pero fuiste negligente y no te pudiste sobreponer a tu egoísmo. 

Un mes antes de Yom Kippur, la persona comienza a examinarse y observa que se encuentra en deseos egoístas de recibir placer para sí misma y no quiere utilizarlos para corregirse y acercarse al Creador. Por eso, pide perdón, se da cuenta que en ese momento no tuvo fuerza ni oportunidad para sobreponerse a su orgullo y, pide ayuda.  

Resulta que nuestro único crimen, es que no pedimos ayuda y debemos pedir perdón. “Lamento no haber pedido”, es pedirle al Creador que nos perdone por no haber acudido a Él, con la súplica de que nos corrija.  

El Creador creó el egoísmo, pero el hombre debe darse cuenta de que el egoísmo es el único mal que hay en él. A través del prisma de este mal, miramos el mundo y por eso, el mundo nos parece tan malo. De acuerdo a esto nos relacionamos con el Creador, porque toda esta imagen descompuesta del mundo, viene deliberadamente de Él.  Al final culpamos al Creador por hacernos tan malos, a nosotros  y al mundo.  

En ese momento, no te das cuenta de que el Creador te dió el ego y la capacidad de ver al mundo a través de él, para que Le pidas que te corrija y reemplace la naturaleza mala por una buena. 

Este es el trabajo del hombre. Lo único que necesitamos hacer, es conocer el mal en nuestro interior y darnos cuenta de que el Creador nos lo dió de forma intencional, para que acudamos a Él y le pidamos que reemplace el egoísmo y la incapacidad de hacer buenos actos, que corrija todo el mal, para que se convierta en bien.  

Al final, no hay fuerzas buenas en nosotros y no habrá si no las pedimos al Creador y así podremos sentir y ver el mundo, a través del buen deseo. Después, el mundo nos parecerá como un verdadero paraíso. 

Por eso, todo nuestro trabajo es revelar nuestro mal, que es la razón por la que vemos el mal a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos y después, dirigirnos al Creador, para que cambie este mal por bien. Este trabajo lo hace el Creador y por eso, se llama, trabajo del Creador (Avodat HaShem).  Pedir al Creador que lo haga, se llama, día del arrepentimiento, Yom Kippur.

Resulta que no es un día de duelo, sino un día de gozo, porque nos juzgamos a nosotros mismos y vemos que para corregir nuestra condición, sólo necesitamos pedir al Creador que cambie el deseo malo con el que Él nos creó, por un buen deseo.  

Así que, tenemos a quién dirigirnos y qué pedir. Todo depende sólo de nuestra petición. Y todo lo pasado, cuando éramos débiles, incapaces de hacer buenos actos, confundidos y esclavos de esa naturaleza que nos domina en todo, todo fue deliberadamente creado por el Creador, para mostrarnos nuestra carencia de fuerza y despertar en nosotros el deseo de liberarnos de nosotros mismos, de nuestro egoísmo y, cambiarlo por otorgamiento. 

Este es el significado principal del Día del Juicio, Yom Kippur, cuando pedimos al Creador que retire nuestro deseo egoísta y malvado y lo cambie por un deseo altruista, bueno, de amor. Y ascenderemos de un hoyo profundo, a una montaña alta.

Por lo tanto, Yom Kippur es el día más importante del año, cuando usamos las 24 horas para pensar en pedir perdón por nuestra debilidad, por todo el mal que hemos creado con el ego que nos dió el Creador. Y dado que decidimos que este mal fue creado en nosotros por el Creador, tenemos la oportunidad de dirigirnos a Él y pedirle la fuerza del bien, en lugar del mal. Como resultado de esta petición, obtendremos más y más fuerzas del bien y ascenderemos cada vez más, hasta el fin de la corrección. 

Resulta que todos y cada uno, deberíamos hacer este trabajo, no sólo una vez al año, en Yom Kippur, según el calendario, sino cada día, tanto como sea posible, deberíamos dirigirnos al Creador y pedirle que cambie nuestra inclinación al mal, por una buena inclinación. Al grado de nuestra capacidad de dirigirnos al Creador y exigirle esta corrección, podremos ser como Él y lograr adhesión con Él y perfección, es decir, el final de la corrección. 

Esto es en lo que se necesita pensar e intentar implementarlo en las siguientes veinticuatro horas.
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De la lección diaria de Cabalá 11/sep/21, «Fe por encima de la razón»

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