“Caminando por el desierto”

Así dijo el Señor: «He recordado la gracia de tu juventud, tu amor, cuando eras una novia, cómo Me seguiste en el desierto, por una tierra sin sembrar’ – esto se dice de la Congregación de Israel», Maljut, «en la hora en que caminaba con Israel por el desierto. (Zohar para todos, Emor, “La festividad de Sukkot ” ítem 275).

Maljut son los deseos que quieren ser corregidos y alcanzar el grado de Keter.

El desierto es el camino desde Maljut hasta Keter, que tenemos que atravesar y ascender en relación con la conexión entre nosotros uniéndonos más y más. Cuando llegamos a Keter, nos convertiremos en un todo, como está dicho: “El Creador es uno y Su Nombre es uno”.

Este es el camino que tenemos que recorrer. En este camino de ascenso de Maljut a Keter, nos suceden todos los eventos que nos cuenta la Torá. Es necesario caminar sobre la tierra que no se siembra, sobre la cual nada crece, donde nadie ha caminado, sembrado, ni logrado nada. Caminas sobre ella porque quieres llegar a la casa del Creador; estás siguiendo Sus instrucciones: “Sígueme”.

Estamos caminando a través de una tierra desértica donde no hay señales de vida, no hay nada de qué alimentarse, no hay comida (luz de Jojma) ni agua (luz de Jasadim). Pero seguimos adelante, porque este es el mandato del Creador que quiere que lleguemos a Él de esta forma.

Tenemos una oración que queremos seguir al Creador con todas nuestras fuerzas. No hay nada para comer ni para beber, pero seguimos por este camino porque esto es lo que está delante de nosotros ahora. Si esperamos condiciones más cómodas, nada funcionará. Necesitas aceptar las condiciones que el Creador te da y continuar el camino hasta que te eleve al grado de Keter, a la adhesión completa con el Creador desde el lado de Maljut.

En el camino, pasamos por todo tipo de altibajos, desconexiones, carga del corazón y confusión de la mente. El éxito depende únicamente de la voluntad de continuar. Que no haya sentimiento, ni entendimiento, ni estrella del norte, ni buena suerte, vamos como buey a su yugo  y como burro a su carga; seguimos adelante.

Quiera o no, continúo porque esta es mi vida y pase lo que pase, solo en esta forma estoy bajo el control del superior. Que haga lo que tenga que hacer conmigo. Sé que así es como me estoy acercando a la meta.

El resultado de la vida corporal es conocido, es el mismo para todos. El cuerpo morirá y de él  quedará un punto en el corazón, el alma resucitará según los diferentes cálculos. Por lo tanto, no hay más remedio que continuar.

Aunque perezca en este desierto, he hecho todo lo que he podido con toda la devoción de mi alma al Creador. No era capaz de más y no podía hacer nada más, traté de realizar el potencial que el Creador me dio con el punto en el corazón.

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