¡Compren la verdad y no la vendan!

Dr. Michael LaitmanPregunta: Se nos dice: «La recompensa es acorde con el dolor de uno». ¿Pero por qué debería uno sufrir y sentir dolor, no debería estar alegre el siervo del Señor?

Respuesta: Yo no veo que mis estudiantes estén constantemente felices como si estuvieran en la boda de ellos con el Creador. Nosotros funcionamos en contra de nuestra voluntad y requiere grandes esfuerzos el enfocarnos constantemente en la conexión, en la anulación de nuestro ego, y en la intención de no pensar en nosotros mismos.

Somos obligados a esforzarnos sin ninguna compensación en el deseo egoísta de recibir con el cual trabajamos. Pero yo he hecho un esfuerzo, he quemado calorías y tanto mi cuerpo como mi alma, demandan a cambio un llenado. Pero yo no obtengo nada; entonces ¿cómo podrá seguir trabajando mi cuerpo sin ninguna compensación? Después de todo, tanto fisiológica como mentalmente es una máquina que debe recibir un llenado, combustible.

Se me ha dicho que recibiré un llenado si pido la oportunidad de trabajar sin llenado. Pero aun así quiero recibir algo para mí mismo, y que de esta manera mi esfuerzo vaya acompañado por el dolor. Esto se debe a que yo tengo que renunciar a mi ego, renunciar a mi recompensa, y tengo que pensar en alguien más en vez de pensar en mí mismo cada vez. Veo que no puedo hacer eso, así que me dirijo hacia el Creador. Pero hasta que me vuelven hacia Él y hasta que Él no me responda, tengo que atravesar un estado desagradable… y ese es un momento bastante difícil.

Al principio, cuando la persona llega al grupo, ella está feliz y dispuesta a mover montañas, a hacer lo que sea. Más tarde, sin embargo, vemos que de repente se enfría y la vemos cada vez menos, en vez de sentarse en las primeras filas, se sientas más lejos y se acerca gradualmente a la salida, hasta que desaparece por completo.

Se nos dice: «mil entran en la habitación y sólo uno sale como un instructor». En nuestros tiempos no es uno, sino muchos más, pero este principio sigue siendo cierto. ¡Son sólo aquellos quienes pueden renunciar a todo y decir que no les importa lo que les suceda, porque no hay otra verdad y por eso están aquí! A esto se le llama «¡compren la verdad y no la vendan!» Pero no hay muchas personas así y esto depende del deseo de la persona, del punto en el corazón que el Creador le ha dado.

La persona también puede orarle al Creador y pedirle, aunque esto es muy difícil y complicado. Si la persona no ha recibido el deseo de recibir, el punto en el corazón que le ayuda a llegar a la meta de la creación desde el nacimiento, entonces todavía puede volverse con una oración lo suficientemente fuerte como para ser autorizada, a pesar del punto débil que tiene en el corazón. Es como si ella saltara de una generación a otra, de una vida a otra.

Ahora ustedes pueden recibir directamente lo que se supone que deberían recibir en unas cuantas vidas más de acuerdo al plan general, al regresar a este mundo, vivir y sufrir en él, morir y luego regresar, por medio del gran esfuerzo de su petición, puesto que son capaces de saltar a través del tiempo.
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De la 1º parte de la Lección diaria de Cabalá del 9/29/13, Escritos de Baal HaSulam

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