Corrige los deseos en vez de usarlos

En nuestro mundo, existimos en el grado animado. Por consiguiente, sólo debemos tomar de la naturaleza lo necesario para mantener el cuerpo. Sin embargo, explotamos sus recursos para las necesidades del grado hablante.

A diferencia del nivel animado, el “humano” en mí demanda más: este quiere dinero, honor, y conocimiento. Estos deseos pueden satisfacerse explotando la naturaleza.

Yo puedo tomar unas pocas libras de un metal llamado “oro” y así, de este satisfacer mi vanidad y lujuria de poder. ¿Cómo está relacionado el metal con la falta de poder? ¿Por qué usamos los recursos de un nivel para las necesidades de otro? Esto es totalmente incorrecto.

Los deseos relacionados con la comida, el sexo, y la familia deberían satisfacerse en relación con los instintos naturales, los cuales no destruyen la naturaleza ya que actúan en el nivel animado. Si los conejos no tienen suficiente comida en los bosques, disminuyen en número. Por lo tanto, uno existe en balance con la naturaleza y está directamente en circuito con esta. En su lugar, nosotros artificialmente nos ponemos por encima de la naturaleza, explotando sus niveles con el fin de acoplar el nivel hablante.

La corrección auténtica del nivel hablante debería ser diferente. Usar la naturaleza para las necesidades mientras que todos los otros esfuerzos están dirigidos a la conexión con las personas. Así corregimos nuestro deseo por dinero, honor, y conocimiento. De lo contrario destruimos los niveles animado y vegetativo que es exactamente de lo que estamos siendo testigos hoy en día.

En nuestra relación con la naturaleza, si no empleáramos nuestros deseos por riqueza, honor y conocimiento, habríamos menos personas en la Tierra, probablemente un billón. Nuestra vida sería más sencilla, y no estaríamos explotando nuestros deseos, sino más bien corrigiéndolos. El resultado sería nuestra vida en equilibrio con la naturaleza en los niveles; inanimado, vegetativo, animado tanto como en el hablante.

Además, este nivel nos dotaría con la sensación de la esencia interna de la naturaleza, la fuerza superior oculta en esta. Al corregir los deseos por riqueza, honor y conocimiento, lograríamos entrar en la naturaleza y veríamos la profundidad de su ser, de su eternidad y perfección.

(41904 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/1/2011: «Paz en el mundo»)

 

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