La ley “Ama a tu prójimo como a ti mismo” viene justo del principio de la creación, cuando la luz superior llenaba todo el universo.
Hablando en términos físicos, podemos decir que toda la fuerza de la creación, toda su materia, estaba concentrada en un punto. Y sucedió el Big Bang, como resultado surgieron el universo, los mundos y las galaxias .
El Big Bang fue causado por un cortocircuito entre lel deseo de recibir creado por el Creador y el deseo de otorgar, que es la naturaleza del Creador.
Cuando el deseo de otorgar tocó al deseo de recibir que creó, el deseo de recibir explotó y de ahí fueron formados todos los elementos en todos los niveles del universo: inanimado, vegetal, animal y humano y, por encima del hombre corporal, el nivel de desarrollo espiritual que hace al hombre similar al Creador y regresa a la materia a la equivalencia de forma con el Creador, con la luz. Esto lo dice la cosmología cabalista.
No importa dónde comenzamos a cumplir la ley de Ama a tu prójimo como a ti mismo. Lo principal es hacerlo y así avanzaremos. Incluso si cumplimos esta ley en un grupo pequeño y como en un laboratorio, queremos representar a la creación.
El deseo de construir una conexión entre amigos en la decena, es una aspiración muy elevada y sutil. Es como experimentar en un laboratorio, para averiguar qué es la creación y que leyes se aplican dentro de ella. Al revisar las leyes que se aplican entre nosotros en nuestra pequeña decena, podemos influir en las leyes de toda la vasta creación.
El único problema es que despreciamos a la decena, porque no entendemos que ahí, tocamos la parte más interna y sensible del universo, tanto del mundo corporal como del espiritual.
Si entendiéramos esa herramienta única que tenemos a nuestra disposición, la trataríamos diferente. Esto es porque la verdadera imagen está oculta de nosotros. Y somos como niños pequeños jugando con bloques, sin darnos cuenta del vasto mundo a nuestro alrededor.
Si entendiéramos que la ley de ama a tu prójimo se implementa en la decena, nos integraríamos a ella, trabajaríamos con todas nuestras fuerzas y podríamos revelar toda la realidad, tanto corporal como espiritual, como un todo único.
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De la 2a parte de la lección diaria de Cabalá 20/dic/21, Baal HaSulam, “El amor por el Creador y el amor por las criaturas”
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