Hoy vemos lo rápido que está cambiando todo. Tratamos de decirle a la gente sobre el mundo en el que están entrando, el tipo de mundo que está descendiendo sobre nosotros, que es completamente nuevo y que nunca ha existido a lo largo de la historia de la humanidad.
La red que desciende sobre nosotros es el claro gobierno del Creador. Pero cuando entra en contacto con las personas, entra en conflicto con nosotros porque somos su opuesto absoluto. Además, somos su opuesto en todas las conexiones n-dimensionales posibles.
Por lo tanto, nos encontramos con una pérdida.
Pregunta: Si el pueblo de Israel cumple su misión, ¿cambiará la actitud de otras naciones hacia ellos?
Respuesta: El mundo, inconscientemente, presta atención a esta nación. Tan pronto como los judíos comiencen a cambiar, el mundo entero estará observando lo que sucede. Usted mismo lo sentirá. No se necesita nada más. ¡Pero intentar hacer que esta gente haga algo! ¡Este es un gran problema!
Sin embargo, si los judíos comienzan a cambiar para mejor, y declaran abiertamente: “Hacemos esto para dar ejemplo a todo el mundo”, la gente verá que es para su beneficio, todos verán que están haciendo lo que se requiere. ¡Por fin entenderán!
En 1993, mientras viajaba por América, conocí a un alemán en la pequeña ciudad de Jackson, en el norte de Estados Unidos, que también viajaba con su mujer. Tenía unos cincuenta años. Se notaba que era un obrero, con sus manos ásperas, y que estaba lejos de ser un intelectual refinado.
Hablamos un rato, y cuando se enteró de que yo era de Israel y experto en Cabalá, me preguntó: “Dígame, ¿por qué no están construyendo un Tercer Templo?”
¡Un alemán, un simple trabajador, que conocí por casualidad en América!
“¿Por qué no están construyendo un Tercer Templo?”
Es decir, vives en Israel, estudias la Cabalá, eres judío y todo eso. ¡Oír esto de una persona así! Ni siquiera sabía qué responderle y solo le contesté una cosa: “El Tercer Templo debe estar en el corazón. El Tercer Templo es la unidad”. Me entendió. Entonces añadí: “Pero nadie lo quiere, nadie lo impulsa”.
Es bastante interesante: la gente tiene algún tipo de necesidad interior, algún tipo de sentimiento. Si se empieza a mostrar al mundo que lo estamos transformando, que debemos hacerlo, hagámoslo juntos, que se unan a nosotros, y acerquémonos, entonces la gente lo entenderá.
No pueden tener naturalmente una resistencia interna a esto, porque todo es hecho por el Creador, solo se fortalece su influencia en la misma dirección y no en la opuesta.
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