Deseos que subordinan la mente

Pregunta: ¿Qué significa «Adam»? ¿Es un pensamiento o una imagen visual?

Respuesta: Adam significa dos partes, deseos y pensamientos, ya que consistimos tanto de corazón como de mente. Es importante entender que los deseos van primero que los pensamientos y que ellos dirigen nuestra mente. Los pensamientos se desarrollan en nosotros de acuerdo a la cualidad de nuestros deseos.

Existe un proverbio, «Mientras más golpeado sea uno, más listo se vuelve». Esto se debe a que nuestra disposición para deshacernos de las aflicciones promueve nuestro crecimiento. Nosotros nos volvemos más ingeniosos y listos cuando buscamos cómo escapar del sufrimiento y ser llenados con algo que realmente queremos. Por lo tanto, no importa cuán grande o respetada sea nuestra mente, aun así es simplemente un asistente que le sirve a nuestros deseos.

Al estar de acuerdo con ello, debemos inspirar dentro de nosotros deseos más elevados. Entonces, nuestra mente se elevará para alcanzarlos.

Digamos, en un grupo de diez, nos elevamos a un  grado en el cual todos nosotros tenemos los mismos deseos que trascienden nuestros deseos materiales corporales. Debemos dejar todos los deseos sensoriales, así como los asuntos terrenales, en casa.

Tan pronto como un grupo entre a un lugar, un estudio, un salón de clases, etc., que pueda ser llamado un laboratorio, ¡eso es!, se cierra. El mundo externo deja de existir. Sólo aquellos que están en la habitación son importantes.

Es como si estuviéramos a bordo de una nave especial que está volando hacia un lugar desconocido por un tiempo indefinido. Perdemos la sensación del tiempo; y los problemas terrenales ya no nos preocupan ¡Nada importa! Nuestra meta es descubrir una estructura llamada Adam (hombre).

¿Qué tipo de deseo debemos tener? Sólo fusionarnos el uno con el otro, volvernos un todo.

En correspondencia, nosotros comenzamos a darnos cuenta que la estructura que estamos tratando de definir es similar a la naturaleza, la cual, en estos días, se manifiesta como un organismo integral, unificado, y un completo. Si entendemos este hecho, nos sentiremos mucho mejor y más cómodos.

Comprenderemos mejor la naturaleza y seremos capaces de leerla. Entonces, si consideramos la naturaleza desde el punto de vista integral que debemos formar entre nosotros, instintivamente percibiremos y seguiremos sus leyes. Nos daremos cuenta de que es esencial reorganizar nuestras vidas, incluso en el nivel común, material, y de nuestras rutinas.

Induzcamos esos deseos dentro de nosotros. Aspiremos a elevarnos por encima de nosotros mismos, sin importar nuestras metas y esperanzas terrenales. Debemos elevar y mejorar nuestro «algo» integral y llevarlo más allá de los problemas materiales. Es nuestro deber apoyarnos completamente el uno al otro en esta tarea.
(87850)
De una Charla sobre Formación Integral del 2 de Marzo del 2012 

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