Es difícil sobre estimar la grandeza de Baal HaSulam y de Rabash, porque se trata de personas que nos ayudan y hacen lo mejor para hacernos ascender desde el grado más bajo, o sea, desde este mundo, al grado espiritual del mundo Superior. Aparte de ellos, no hay nadie que se ocupe de que subamos del nivel de muerte al nivel de vida, dándonos cuenta de por qué existimos y agradeciendo por qué vivimos.
Ellos nos presentan al Creador y nos enseñan cómo abrir la puerta hacia Él y cómo acercarnos a Él, por lo tanto, Rabash y Baal HaSulam ni siquiera son dos personas, sino que son dos fuerzas espirituales superiores, especiales, que cuidan de nosotros; y por consiguiente, están más cerca de nosotros que los demás seres creados.
Leyendo lo escrito por Rabash en honor de su santo padre, Baal HaSulam, intentaremos conectar con ellos, con todo nuestro corazón y alma y entenderemos que se nos ha concedido una conexión con estas almas especiales.
Los cabalistas son el sistema de conexión en el alma común de Adam HaRishon, que ya ha sido corregida, el hombre corregido, se une a este sistema y junto con todos los cabalistas construye una red que hace ascender a todas las demás almas: las recoge y les ayuda a ascender cada vez más cerca del Creador.
Aparte del hecho de que los cabalistas nos han dejado sus artículos, todos ellos siguen entre nosotros y participan en nuestro trabajo. Se dice que los cabalistas no descansan ni en este mundo ni en el mundo futuro, porque nos ayudan hasta el final de la corrección; finalmente, todos, todas las almas estamos conectados, atados juntos y nos ayudamos unos a otros. Aunque no lo sintamos, como bebés que no entienden quién cuida de ellos ahora, aún así, es como sucede.
