Comentario:
Usted dijo que es fácil, en principio, percibir correctamente las palabras del maestro si te incluyes en sus deseos, en los deseos del superior.
Mi respuesta:
Si hago esto con el fin de lograr algo espiritual, entonces me desarrolla.
Y si lo hago por coerción (miedo al castigo) o porque necesito algún tipo de recompensa, como un soldado en el ejército que quiere ser general o es forzado a servir, entonces ¿Qué obtengo de esto?
Es muy importante ante quién me anulo, para qué lo hago, qué objetivo persigue mi maestro o el superior, y qué objetivo persigo yo.
Este contacto es razonable, preestablecido, voluntario, constantemente renovado, y se mantiene bajo el análisis de ambos. Tal contacto es necesario, pero no es nada fácil de crear. Para ello, el alumno y el profesor deben comprenderse mutuamente.
Deben ser como dos individuos conscientes del estado del otro.
Hay un acuerdo claro entre ellos; entramos en ese contacto cuando el profesor quiere transmitir al alumno lo que tiene y el alumno está de acuerdo en aceptarlo y pide al profesor que se lo dé.
Acuerdan cierto tipo de relaciones cuando tienen que ser desagradables el uno con el otro, presionarse mutuamente y superar de algún modo la lejanía mutua. El alumno empezará a sentir antipatía, incluso repugnancia hacia el profesor, y el profesor debe comprenderlo y ayudarle a adaptarse a una nueva conexión en un nuevo nivel. Es decir, avanzan para trabajar en el proceso de incluir al alumno en el profesor, para cambiar la naturaleza del alumno y moldearlo en algo completamente nuevo, y el alumno está de acuerdo con esto. Acude a esta operación para su propia transformación por su propia voluntad.
Se pone en manos del maestro, que empieza a esculpir de él algo completamente nuevo. De este modo, el alumno pasa por todas las etapas de la transformación, en las que cambia por completo su naturaleza pasada. Esto requiere un trabajo mutuo muy serio.
Si se hace en grupo y los alumnos se apoyan mutuamente, es mucho más fácil. Y si no piensan en ello y no se apoyan mutuamente, entonces no tienen la oportunidad de hacerlo.
Espero que tengamos esa oportunidad.
Te invito a leer ¿Cómo podemos sentir al maestro? – Blog de Michael Laitman
