El derecho a sentirse ofendido

Pregunta: En el curso de las interacciones entre las personas pueden surgir algunas emociones fuertes. Pueden ser tanto positivas como negativas. ¿Cómo y dónde debería uno realizar estos estados emocionales, debería suceder en el grupo o en algún otro lugar?

Respuesta: Uno puede realizar sus emociones como le guste siempre y cuando estas se deriven de una visión integral. Si no se derivan de una visión integral, entonces aquella persona puede causar daño a otro. Aquella persona puede hablar o gritar algo áspero cuando vea una acción o resultado negativo, pero no causará daño a otros.

Pregunta: Si alguien tiene un arrebato y dice cosas hirientes, ¿es mejor reconciliarse inmediatamente o darle un poco de tiempo?

Respuesta: Es imposible tranquilizar todo de forma inmediata al decir démonos las manos y abracémonos. Esto tiene que ser aclarado. Es muy posible que cada uno de nosotros tenga el derecho a explotar y el resto tenga el derecho a enfadarse. Todo esto es correcto y normal. Esto ocurre con nuestros niños a quienes amamos mucho, pero a veces su comportamiento es tan insoportable que no podemos tolerarlo. Esto también lo observamos en los animales, cuando la madre le da en la cabeza al bebé o le da un golpe en la oreja.

No hay nada de qué avergonzarse. Dentro de un marco específico son aceptables los estallidos y los fuertes sentimientos. Tenemos que examinar estas cosas ya que aun estamos en el proceso de perfeccionar el proceso de formación y aun no hemos alcanzado su estado final.

(74752 – Del Kab.tv de «Fundamentos de la Sociedad Integral» del 26 de Febrero del 2012)

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