El juego del Creador

Tenemos que amar el juego que el Creador está jugando con nosotros. Una madre también juega con su pequeño niño, enseñándole cosas diferentes. Esta es la manera en que nos trata, sólo que, al ser tan «maduros», nos negamos a aceptar este juego, esta actitud, y no queremos ser sus socios.

El Creador desea enseñarnos cuál es nuestra naturaleza, cuál es Su naturaleza, y cómo podemos pasar de una a la otra. Entonces, una vez más tira dentro de nuestra naturaleza y nos enseña a elevarnos de nuevo a Su naturaleza. Este juego continúa una y otra vez, enseñándonos así a reconocerlo a Él, a comprender cómo es Su naturaleza, qué quiere Él de nosotros, y qué etapas usa para acercarnos a Él. Nosotros entendemos que Él creó nuestra naturaleza tal como es para que alcancemos toda la creación a partir de dos opuestos.

Sin embargo, nosotros desdeñamos este juego, lo rechazamos, no estamos de acuerdo con él, y deseamos salir de él. Cuando la persona entiende que es el Creador quién habla con ella y no deja su camino, las cosas se hacen más fáciles para ella. Sin importar lo que le suceda en la vida, sabe que todo viene de Arriba y que sólo debe tener la reacción correcta hacia estas cosas: continuar en el camino sin desviarse.

Es muy difícil mantener esta forma de pensar. La única manera de mantener esta actitud en el entendimiento, la sensibilidad, la conciencia y el trabajo mutuo, es cuando uno se conecta con los demás, cuando ellos la apoyan y ella los apoya en garantía mutua. Uno no se olvida de esto y siempre está conectado a la realidad en esta onda: «No existe nadie aparte de Él». Todo lo que se me haya enviado siempre persigue una sola meta: que me eleve y acercarse a Él.

Tenemos que aprender esto de la vida con el ejemplo de los niños. Nosotros sólo debemos tener en cuenta el hecho de que hay que darles los medios de preparación instintiva. Su llamado interior les empuja a experimentar el mundo, a aprender de los adultos, y a disfrutar de los juegos que les damos. Nosotros compramos a propósito bloques de construcción, mosaicos, y juegos de armar para que construyan, pegamento, y cosas de ensamblar. Y ellos instintivamente disfrutan de esto, pero nosotros no lo hacemos. Así, en vez del instinto, tenemos que sumar esfuerzos en la comprensión y la conciencia. Nosotros nos desarrollamos siguiendo este principio.

Nuestro desarrollo consiste en ensamblarnos a nosotros mismos como un juego de construcción. Y es por eso que desde el principio que no soy capaz de seguir en este juego sin el apoyo de los demás. Este es el punto de partida: El Creador está dispuesto a jugar con nosotros si nos decidimos a ensamblar el mosaico común. Pero si yo me olvido de todos, no hay nada que ensamblar. Entonces todavía no soy ni siquiera una parte del juego, sin importar cuánto me enoje. El juego comienza con la disposición para unirnos.

Nos unimos al juego en el momento en que nos aferramos a esta tendencia, cuando reconocemos y aceptamos este enfoque.

Y entonces comienza la fluctuación. La persona puede encontrar dificultades, decepcionarse, y perder la comprensión y el impulso, pero todo esto sucede dentro del marco del juego. Sin importar lo que pase, el hilo hacia la unidad sigue estando siempre, tanto en la felicidad como en la desesperación. El Creador nos presenta este tipo de formas en este juego.

Siempre debemos estar preparados para ello y recordarnos mutuamente que, en esencia, estamos todos de pie ante Él. A veces estamos en favor y a veces en contra, pero siempre interactuamos con Él, ya sea en forma positiva o negativa. De una forma u otra, al mantener esta actitud hacia la Fuente de todo lo que sucede, damos pasos hacia el hecho de alcanzarlo a Él. No tenemos otro asunto: A medida que «presionamos» en la unidad, comenzamos a revelar Su forma, desde el nivel más simple. Es como en un mosaico: Tenemos una parte de la imagen común al juntar dos o tres fragmentos. Ya sabemos algo: Esto debe ser una nube, ésta debe ser la hierba, ésta debe ser una flor, y así sucesivamente. En otras palabras, nosotros lo alcanzan a Él en ciertas cosas. Y entonces seguimos adelante.

En esto consiste la corrección del Partzuf quebrado de Adam HaRishon. Nosotros lo reconectamos, cuando cada uno vuelva a conectar su pieza del mosaico común.

Al mismo tiempo, uno no debe avergonzarse de los asuntos difíciles y trastornos, o de nada en la vida. Vemos que si logramos conectar toda nuestra vida, todas las crisis y problemas, desde el más difícil al más ligero, a este juego que el Creador nos presenta, de repente todo se une. Cada parte encuentra su lugar, y vemos que «No existe nadie aparte de Él». Él está en todas partes, trabajando en formas muy diferentes. A veces, Él está detrás, a veces delante, a veces en mi vida, y a veces en la vida del mundo, en el grupo, y fuera de él, en mis sentimientos y mente…. yo empiezo a reconocerlo a Él en todas partes como la única fuerza que opera en diferentes niveles, y de esta manera lo revelo gradualmente a Él.

La esencia de la sabiduría de la Cabalá es la revelación del Creador a los seres creados en este mundo al haber ensamblado Su forma. ¿Es posible avanzar sin tener que empezar por los movimientos más pequeños y más fácil en este juego para hagamos gradualmente  la transición hacia movimientos más serios y complicados? Después de todo, de esto se trata, de que nos acerquemos al Creador, de entenderlo y sentirlo mejor a Él. Cuando la persona completa el «momento», conecta otro obstáculo o dificultad a la imagen completa, entonces está escrito con respecto a esto: «Israel, la Torá, y el Creador son Uno». Todo me viene del Creador, y entonces todas las piezas en el grupo y en el mundo entero se conectan dentro de mi percepción. De esta manera yo realizo este principio de unidad.

De esta manera crecemos y pasamos a través de los «años de infancia», en los que podemos unirnos solamente en Galgalta ve Eynaim, es decir, en las vasijas de Luz, y entonces llegamos a los deseos más difíciles. Este es el camino. Pasamos por momentos de desesperación, pero también tenemos que verlos como un juego, el juego de la vida, que abarca todos los mundos, la realidad entera. Y entonces será fácil porque todos los mundos están entre nosotros y el Creador, nosotros jugamos con Él en el lugar donde creamos juntos la unidad.

(71646 – De la Convención en la Aravá del 24 de Febrero del 2012, Lección # 4)

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