Todos los obstáculos y los problemas nos sirven de ayuda, para que crezcamos por encima de ellos y aprendamos. De igual forma nos trataban los adultos, durante nuestra niñez. Y, ahora, tratamos así a nuestros hijos, dándoles tareas, deberes, juegos y, examinándoles. Estos mismos hijos buscan, constantemente, algo que romper o construir, hacer algo y observar el resultado, aprender algo de los adultos. Podemos llamar a esto juego, pero, en realidad, es el proceso de crecimiento de cualquier criatura en cualquier mundo.
Sin el juego, yo no hubiera crecido como persona sino como los niños perdidos en el bosque que crecieron como los animales. Todo depende de la preparación a la vida, de la ayuda desde el Nivel Superior en forma de obstáculos, problemas, ejercicios; tareas que debemos hacer de una manera consecutiva.
Igual que nosotros inventamos juegos para niños de diferentes edades, a cada edad un juego y unos ejercicios, de la misma manera, la Naturaleza (el Creador) pone delante de la persona a la que quiere elevar, los obstáculos que ella necesita y, gracias a los cuales, sube al siguiente nivel.
Los obstáculos y problemas son una ayuda, ya que, si queremos convertirnos en hombres espirituales, debemos hacer muchos ejercicios para ser semejantes al Creador.
(Extracto de la Preparación a la lección, correspondiente al 6 de noviembre 2009)
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