En el océano de sabiduría

 

Dr. Michael Laitman¿Almacenamiento en la nube?

Pregunta: Recientemente escuchamos cada vez más, hablar acerca de cómo comunicarse con los poderes superiores, con el campo de información del universo.

Uno de los enfoques modernos que prometen un canal de este tipo de comunicación se llama «canalización». Se basa, por definición, en el concepto de una realidad superior con la que establecemos contacto.

Por analogía, podemos hacer referencia al ejemplo de los datos almacenados en la nube con acceso remoto a su contenido.

Esto abre un rico campo para la imaginación, una verdadera «tierra virgen», que se cultiva en frente de nosotros.

Decenas de libros se han escrito sobre este tema y han atraído considerable interés. ¿Hay algo de verdad en eso? ¿Hay «nubes» de un orden superior? ¿Puedo introducir una contraseña y entrar en un sistema de conocimiento global?

Respuesta: El lugar en el que existimos, por supuesto, contiene gran cantidad de conocimientos. Mientras nos desarrollamos, nos conectamos a este «almacén», nos alimentamos de él y salimos adelante en la vida.

Al mismo tiempo, descubrimos algo que es nuevo para nosotros, que no sabíamos con anterioridad. Pero, desde un punto de vista objetivo, este fenómeno no es nuevo. Ha existido en la naturaleza desde la formación del Universo o de las etapas posteriores del desarrollo. No inventamos nada nuevo, percibimos lo que existe.

Es por eso que Newton se comparó a sí mismo con un niño que está jugando en la orilla del mar, «… me parece que he sido sólo un niño jugando en la orilla del mar y divirtiéndome, a veces encuentro una piedra más lisa o una concha más bonita que las demás, mientras que el gran océano de la verdad esta ante mi sin descubrir» Tal es la medida de nuestro conocimiento del universo. Toda nuestra ciencia es un intento diminuto de comunicación con el océano de sabiduría.

Visión estrecha de nuestra propia naturaleza

De hecho, no sabemos casi nada de nosotros mismos; no sabemos el mecanismo de nuestra percepción de la realidad. Lo único que entendemos es que la imagen que aparece ante nuestros ojos esta extremadamente limitado por nuestros sentidos.

Esta gama es tan estrecha que, cualitativamente, no podemos imaginar diferentes sensaciones. Nos gustaría ampliar los horizontes, pero, por naturaleza, no sólo necesitamos «complementos», así como un perro no necesita una quinta pata.

Vista, oído, gusto, olfato y tacto me restringe por su aparente suficiencia. Como resultado, veo un pequeño fragmento de la magnífica imagen impregnada de sucesos e información infinitos. Numerosas «cortinas» distorsionan todo, incluso, antes de que aparezcan en mi sensación.

De hecho, no se trata de la realidad externa. Cuando veo un árbol frente a mi, mis ojos ni siquiera perciben el árbol, sino ondas, información que pasa dentro de mí a través de «convertidores» eléctricos y químicos hasta que se perfilan en la forma que llamo un «árbol», no tengo idea de lo que está fuera de mí, ni si hay algo, ni que el «árbol» es parte de mí.

La comunicación con ciertas fuerzas o fenómenos está llena de preguntas sin respuesta. El problema no es que no hay nada que investigar, nada que discutir, porque no somos capaces de estar fuera de nuestros órganos de los sentidos.

Por lo tanto, «la canalización» es una «tierra de nadie», donde todo el mundo puede declarar lo que quiera y, «por definición» no hay corrección demostrable.

Ha habido mucha gente en busca de canales de comunicación con las fuerzas superiores. Comparado con períodos anteriores de prosperidad, hoy esta esfera parece modesto, pero todavía trae ingresos.

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De KabTV «Una nueva vida» 29/ene/15

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