Escapando del estadio

Dr. Michael LaitmanPregunta: Nos quedamos después de la lección de hoy para trabajar en grupos de cinco, pero la verdad es que no me provoca…

Respuesta: La reticencia es una reacción por defecto, de la cual no vale la pena hablar. Por supuesto que prefiero hacer ahora lo que me gusta, como acostarme en el sofá a ver un partido de fútbol con una cerveza y nueces, con el control remoto en la mano, y que todos me dejen en paz. Antes de comenzar el juego, a la espera del placer deseado, incluso le diré de nuevo a mi esposa cuánto la amo.

Pero sentarse con los amigos no es un placer. De hecho, no es un placer estar aquí, y nadie dice lo contrario.

Pregunta: ¿Eso significa que tengo que hacer lo que yo no quiero durante toda mi vida?

Respuesta: No. Toda mi vida está unida a la mayor y más sublime meta: Voy a revelar al Creador y esta es la mayor recompensa. Es más, hay una recompensa aún mayor, que es el ser capaz de deleitar al Creador, sin ningún beneficio personal.

Sin importar que esto me parezca poco realista hoy en día y que sea algo que no puedo imaginar, yo pertenezco y estoy involucrado en cosas que no existen en ningún otro lugar. El hecho de reconocer esta importancia me da apoyo.

Por supuesto, la Luz superior nos sostiene ahora. Esta opera en el punto en el corazón y no nos deja escapar. Por el contrario, si ella iluminara el deseo de recibir egoísta en lugar del punto en el corazón, yo desaparecería de inmediato en el interior del grupo, sin dejar rastro.

Pregunta: ¿Volveré a concordar con mi deseo?

Respuesta: No. Después de todo este estado es inmundo, es una Klipá.

Pregunta: ¿Significa esto que nunca haré lo que quiero?

Respuesta: Ustedes harán lo que no quieren en su deseo de recibir, pero que quieres en el deseo de otorgar. Yo establezco todo por encima del deseo de recibir, por encima de «lo que me apetece». La meta es tan importante para mí que siento placer en el otorgamiento. Ahora bien, para mí esta idea está por encima de todo, y ya no puedo identificarme con mi parte corporal más, yo no la irrespeto, tomo de ella lo que necesito, lo esencial, pero mi corazón está en el grupo, en el otorgamiento.

Así que quédense después de la clase, no porque les hayan dicho que lo hagan, sino debido a la grandeza del momento. Después de todo, este encuentro con los amigos los acerca a un nivel muy elevado. La meta sublime les da fuerzas para que no olviden la garantía mutua y evoquen a los amigos para cuidarse unos a otros.

En general yo no tengo la culpa si no permanezco en esta dirección durante todo el día, el grupo tiene la culpa; cúlpense unos a otros y luego cada uno sentirá su culpa por todos. En general, aunque parezca una paradoja, en el estado actual es más fácil pensar en los demás que en sí mismo. Yo me comprometo a cuidar de los amigos «como un hombre», y eso es todo, punto. Mi conciencia no me permite escapar de la responsabilidad y lucharé por mis amigos como en una unidad de comando.
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De la 4º parte de la Lección diaria de Cabalá del 2/16/14, Escritos de Baal HaSulam

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