Familiarízate con la inclinación malvada

Todo lo que vemos en esta realidad es un deseo de recibir. Este fue creado en su forma original y podemos sentirlo. Nosotros, en realidad, somos un deseo de recibir.

Sin embargo, aparte de ser un deseo de recibir, también tenemos una habilidad para pensar; nuestro intelecto nos permite establecer si estamos dentro del deseo, si sentimos el deseo. Los animales no son capaces de diferenciar esas cosas. Este es un privilegio único del humano.

En esto consiste la diferencia. Con la ayuda de mi mente, yo puedo separarme de mis deseos, analizarlos, y medirlos, e incluso observarlos desde un costado. Entonces, se me da una oportunidad de ser un «psicólogo» para otros y para mí mismo.

Existe vida dentro de mis deseos, y existe una habilidad para analizar esta vida ¿Qué siento dentro de un deseo particular? ¿Qué está en el interior de los otros deseos que tengo? ¿Cómo hago la transición de un deseo a otro? ¿Qué hago con ellos?

Dado que vivo dentro de mi deseo, yo puedo escudriñar mi vida con la ayuda de mi intelecto, memoria, y habilidad de analizar. Sin embargo, ¿tengo la oportunidad de cambiar algo en mi vida? No, sólo puedo «fluir» junto con mis deseos. 

Eso es lo que hacemos en este mundo, aunque pensamos que somos nosotros quienes actuamos y hacemos cambios al elegir el «bien» y evitar el «mal» mediante el uso de nuestro cerebro. En realidad, somos incapaces de hacer algo con nuestra naturaleza o con nuestros deseos.

Existe una interconexión general entre deseos llamada «humanidad». Por otra parte, existe una unidad entre los puntos en el corazón (un sistema de mundos superiores, Maljut del mundo de Atzilut, la Shejiná).

Esta unidad representa algo de una naturaleza completamente diferente. Si yo recibo su chispa (un punto en el corazón), me vuelvo capaz de construir otro tipo de actitud hacia mis deseos.

El sistema de interconexión entre las personas en este mundo está destinado sólo a traerles  confusión y problemas. Como resultado, las personas avanzan continuamente. Desearían poder cambiar el sistema y lograr más éxito en la economía, seguridad, condiciones de vida, salud, etc. Cada vez, al elevarse un peldaño más arriba, las personas logran un resultado opuesto. Se dan cuenta que su situación actual les trae más daño que beneficio.

Por otra parte, las personas que revelan la unidad entre los puntos en el corazón pueden entrar en un nuevo sistema, en un sistema de mundos rotos y conexiones fragmentadas. Aquí se manifiestan en toda su capacidad la separación y la animosidad (es decir, al inclinación al mal).

Los deseos y las relaciones entre las personas en esta realidad no son parte de la inclinación al mal. Aún están en una etapa del desarrollo «animado». La inclinación malvada es algo que evita que revelemos al Creador, la propiedad del otorgamiento y amor.

Entonces, las personas que revelan la fuerza que confronta la unidad de los puntos en el corazón (amigos en el grupo) llegan a develar la inclinación malvada. Esta se muestra sólo entre los amigos, según el grado en el que ellos intenten mejorar su conexión. Esta es ya una revelación de la fuerza espiritual, el primer alcance espiritual.

Al mejorar su unidad, los amigos en el grupo comienzan a realizar lo que conocemos como inclinación malvada. Esta nos comanda para que necesitemos la fuerza de corrección que está dentro de nosotros y con la cual debemos relacionarnos.

Todos juntos, debemos dirigir nuestras plegarias y peticiones al lugar donde está el núcleo de nuestra unidad, al centro del grupo. Entones, debido a la «plegaria de los muchos», recibiremos la fuerza, y ésta corregirá la conexión entre nosotros. Así es como está implementándose nuestro avance.

La fuerza malvada que se muestra entre nosotros es el Faraón, el rey egipcio. Dependiendo de las características de nuestra percepción, también es llamado Bilam, Balak, Aman, etc. En todo caso nuestra única tarea es unirnos. Está dicho que el mandamiento, «Ama a tu prójimo como a ti mismo», es la gran regla de la Torá.

La unidad es el único remedio que nos permite atravesar por varios tipos de conexiones y alcanzar su manifestación más grande y perfecta, llegar al nivel del amor ¿Cómo amamos a otros? Como «a nosotros mismos».

Este criterio nos permite monitorearnos constantemente ¿Me esfuerzo por salir de mí mismo? Los cabalistas explican que «como a ti mismo» significa más que a ti mismo. De forma natural yo me coloco por encima de todos los demás. Ahora, debo favorecer y elevar a los otros por encima de mí. Así es como crezco.

En general, todo está revelándose de acuerdo a este principio, «aquello que odias, no se lo hagas a tu amigo», y, después, hacer la transición hacia «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Esta es toda la Torá. Entonces, esto explica por qué debemos trabajar en el grupo, estudiar, y hacer todo en pos de la unidad. De otra manera, no avanzaremos en absoluto. Esta es la sabiduría de la Cabalá.

(89039 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 25 de Septiembre del 2012, «Matan Torá» (La Entrega de la Torá)

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