Grito desde las profundidades del alma

Profetas, Josué 6:20: Y el pueblo gritó y (los sacerdotes) tocaron las trompetas; y fue cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, que el pueblo gritó con gran grito y el muro se derrumbó en su lugar y el pueblo subió a la ciudad, cada uno frente al otro y tomaron la ciudad.

La muralla de la ciudad simboliza la pantalla que rodea la ciudad en cuyo interior pueden existir deseos impuros, como en Jericó. O, por el contrario, el muro separa a las personas de los deseos externos e impuros. En el caso presentado, había más deseos corregidos alrededor de la ciudad.

Pregunta: ¿Es posible deducir de esto una ley de la última generación? ¿qué se debe hacer para destruir una fortaleza egoísta e inaccesible?

Respuesta: Para rodearla es decir, para crear esas conexiones que hacen la función de una pared, un foso, cualquier cosa que pueda usarse para proteger la parte interior de la exterior, dependiendo de dónde se ubique la cualidad de otorgamiento, dentro o fuera. En el caso de Jericó, la cualidad de otorgamiento estaba fuera.

Los hijos de Israel se acercaron a Jerusalén precisamente de esa manera y cuando la tomaron, ya era posible despojarla de otra manera, consagrarla y hasta entonces se establecieron allí.

Pregunta: ¿Cuál debe ser el grito para que caiga la ciudad? Me refiero a leyes que podemos llamar las leyes de la última generación.

Respuesta: Las leyes de la última generación son simples: debes gritar desde lo más profundo de tu alma que quieres estar sólo bajo el control de la cualidad de otorgamiento, conexión y amor. Y luego, todos los muros caerán. Prácticamente, estos son los muros entre todos y cada uno.

Pregunta: ¿No son estos los muros exteriores?

Respuesta: No, claro que no. Esto es lo que separa a una persona de otra. Siempre hablamos de que el muro dentro de mí se derrumba.
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De  Kabtv «Secretos del libro eterno» 12/jul/21

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