La elevación sobre la cresta de la ola

laitman_2009-08_5961_wDurante la elevación, la persona siente como si se despertara, o como si respirara profundamente y se llenara con entusiasmo.

Es el indicio de la proximidad de lo espiritual. Aún no siento la luz, pero parece que va a comenzar a brillar pronto.

Entonces, en los mismos materiales didácticos se hace posible discernir una cantidad de cosas nuevas, que no se veían ni se comprendían antes.

Es necesario aprovechar este tiempo al máximo, sin perder ni un instante. Ya que de otro modo, sería como si se despreciase lo que me han enviado desde arriba. No tiene importancia cuáles libros se lean en estos momentos. Lo importante que estos libros sean cercanos al alma.

Ya que, incluso sin comprender lo leído, aplico los esfuerzos para fundir la luz que llega a mí con el deseo y la razón. Quiero que la luz entre en el deseo y así su interacción me desarrolla.

Nuestro mundo —los átomos, las moléculas—, todo esto no existe. Hacemos referencia sólo a la fuerza del deseo. Si ahora el deseo es cercano a la luz, se necesita tratar de trabajar con él lo más posible.

La aspiración a la Meta que se revela en el corazón de la persona, es justamente la petición para la corrección. Los esfuerzos durante la elevación –el estudio, la difusión, el trabajo en el grupo–, llevan a un deseo tal que se merece la revelación de la luz.

En lo espiritual no hay fronteras ni paredes ni prohibiciones. La luz y el kli se encuentran uno al lado del otro, pero no se cruzan, como las ondas de diferentes frecuencias. Sólo habiendo pasado de la onda de la recepción a la del otorgamiento, capto la luz y me lleno con ella.

Para esto necesito un deseo fuerte, completo y semejante a la luz al menos mínimamente. No es importante que el deseo sea pequeño, ya que está completamente enfocado a en la Meta. Igual de pequeño es el deseo de un niño, pero se capta completa y fuertemente sin importar que sea durante poco tiempo.

La semejanza mínima con el Creador nos permitirá sentirlo inmediatamente. La sensación del Creador en nosotros es, justamente, el alma.

Entonces revelaremos la vida eterna y perfecta en Su nivel, y no en el nivel de nuestro cuerpo.

El deseo de otorgamiento corregido por la luz, nos lleva al Creador, a la propiedad general de la Naturaleza. Nos fundimos con su escalón, con su potencia.

(Extracto de la lección sobre el libro Shamati, correspondiente al 1 de enero 2010)

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