La individualidad y la comunalidad

Pregunta: Lituania es un país pequeño. Somos solamente 3 millones de personas. Nosotros protegemos fuertemente nuestra mentalidad cultural, nuestro lenguaje nativo y las raíces étnicas. ¿Es esto lo que nos incumbe, nos disolveremos nosotros en el mundo si aumentamos la integración con él?

Respuesta: Yo te entiendo perfectamente. Yo viví en Lituania unos años atrás cuando se sentía la fuerte presión de su gran vecino Rusia. Yo entiendo tu preocupación por tu gente, por la nación, por la identidad y por la identificación.

Sin embargo, nosotros estamos hablando acerca de la necesidad de sentirse uno mismo no como un individuo, separado, opuesto, odiado, alejado del prójimo, sino por el contrario, sentir que tenemos en común con todo el mundo. Nosotros hablamos acerca del hecho de que el hombre es una parte del mundo común y debe funcionar en acuerdo a esto, como un pequeño órgano en un mismo organismo unificado.

Los diferentes órganos del cuerpo, el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado, cada uno de ellos funciona en su dirección pero todos ellos en conjunto obedecen una ley fija, y es por eso que el cuerpo vive. Ocurren muchos procesos opuestos dentro de este pero todos ellos están sin embargo coordinados por una gran acción que los controla.

Es por eso que avanza el movimiento integral, el cual hará que nosotros, el mundo entero, sea global y que no niegue de manera alguna la individualidad de la persona, de un país, de una nación o de una sociedad. ¡De ninguna manera!

La individualidad permanece, como permanece la unicidad de cada célula o de cada órgano en el cuerpo, pero esto es debido a que ellos armonizan con el resto del cuerpo, y entonces el cuerpo vive.

Por lo tanto nuestro planeta Tierra también tiene la oportunidad de existir, y a su vez lo hace cada pueblo, cada nación, cada estado dentro de él, teniendo su propia cultura, sus costumbres, sus organizaciones y así sucesivamente.

A menudo escucho que surge el miedo en las personas: «¿Debo anularme completamente? ¿Es como si yo no existiera? ¿Debo darme por completo a los demás y a la sociedad? «

¡No, de ningún modo! ¡Y lo mismo vale para un país o una nación, conserva todo lo que tú tienes!

Cuando tú trabajas en la integración, entonces creas una sociedad normal, saludable en su interior, y por fuera de ti entras en contacto con todos los demás con buena voluntad.

Como el corazón y los pulmones, ellos son diferentes pero trabajan en sociedad entre sí con el fin de apoyar a la totalidad del organismo. Lo cual significa la dirección integral, la unidad, no se la lleva a la nivelación o a la anulación de la individualidad.

(74588 – De una lectura en la Universidad de Šiauliai, Lituania del 3/22/12)

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