(Continúa de «Revolución del siglo 21: Hombre rico, hombre pobre»)
Una vez que la gente participe, es un hecho que la metodología integral nos llevará a la reducción de la brecha entre ricos y pobres; será aceptable y para nadie será insoportable. La sensación familiar, de que los ricos nos roban desaparecerá.
Como parte de las nuevas relaciones, sin ningún tipo de incentivos negativos, los mismos ricos estarán dispuestos a compartir más de lo que, en la actualidad se pueda imaginar. Su contribución a la sociedad será enorme.
Estamos hablando de personas de éxito que, bajo las nuevas condiciones, podrán organizar a la sociedad en forma correcta e integral, incluyendo los intereses de los sectores más débiles de la población. Los pobres son incapaces de hacer esto. Sólo sus hijos y nietos podrán llegar a ser buenos administradores.
Por lo tanto, aparte del aprendizaje social, nada más nos ayudará. O es lo uno o lo otro. Poco a poco, los pobres se dará cuenta de que necesitan las habilidades y capacidades de los ricos y los ricos se darán cuenta de que deben servir a los pobres. Como resultado, las dos partes de la sociedad serán inspiradas de unidad, amor y confianza en el futuro.
No hay otra solución.
Por ejemplo en Rusia, la Revolución de Octubre destruyó totalmente el sistema anterior, hasta los cimientos y sus nefastas consecuencias aún se sienten. No se puede poner a un ama de casa en el liderazgo del país.
Lo mismo está sucediendo en el Knesset israelí: Algunos periodistas se convierten en políticos y legisladores. Además, se esfuerzan por convertirse en Primer Ministro. ¿Sobre qué base? De hecho, primero hay que graduarse de varias universidades, tomar cursos especiales y obtener experiencia.
En occidente, se hace de esta manera. No todos pueden ser buenos jefes de Estado o ministros o miembro del parlamento. Sin embargo, aquí la elocuencia reemplaza las verdaderas cualidades.
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De Kabtv «Una nueva vida» 14/may/15
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