Libertad en la oscuridad

Sin título222Cuando la persona comienza a estudiar, necesita pasar por todos los estados y elevarse y caer para que sienta como lo influencian. Uno debe comenzar a trabajar y a tratar esto. No es posible gritar todo el tiempo: «¿Por qué me has abandonado, porque estoy desamparado otra vez, en desesperación y oscuridad?»

Estos estados vienen de Arriba, y es específicamente con ellos que yo progreso, provisto los atravieso correctamente. Debo recibir una sensación de elevación, despertar, fuerza y apoyo del grupo y debo trabajar correctamente en contra de la oscuridad, esto es, transformar la oscuridad en luz.

Esta oscuridad es buena, ya que en la medida en que haya oscuridad, yo recibo libre albedrío. ¡Puedo ser libre! Y si la Luz me ilumina, entonces seguramente estoy dentro de Su otorgamiento. La Luz está más elevada que yo. Ella viene, influencia en mí, me inhabilita, y yo me convierto en algo que Él desea.

Soy como una marioneta con hilos, que juega y brinca mientras los hilos son jalados, lo cual ocurre por la Luz. La oscuridad simboliza que el maestro tiene que dejar ir mis hilos y yo caigo sin movimiento. Puedo recibir un despertar desde los alrededores y jugar esto, como si estuviera siendo operado por el maestro.

Pero jugare esto por mi cuenta. Y por supuesto recibiré fuerza del grupo, pero solo en la medida en que yo invierta mi fuerza, entonces comenzaré a vivir. Ya soy yo quien me está operando, similar al camino en que el Creador me opera.

Una vez Él me opera y otra vez soy yo mismo. En la oscuridad, soy específicamente yo, y en la Luz, no soy yo, sino Él. Así es como trabajo, hasta que la noche se vuelva día y de esta forma sea yo y no el Creador. Me elevo solo al otorgamiento y no es importante que influya en mí, la luz o la oscuridad. 

(135709 – De la 3° parte de la lección diaria de Cabalá del 5/21/14, El Libro del Zóhar)

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