Los comentarios entre paréntesis son míos.
Pensamiento. Movimiento. Tiempo.
Un pensamiento es un resultado del deseo. La persona piensa qué quiere, y no piensa qué no quiere. Por ejemplo, la persona nunca piensa en el día de su muerte. Por el contrario, siempre contemplará su eternidad puesto que esto es lo que quiere.
Sin embargo, hay un rol especial para el pensamiento: este intensifica el deseo. Si la persona tiene un pequeño deseo, que carece de fuerza para expandirse y alcanzar lo deseado, pero piensa y contempla un asunto, puede hacer que el deseo crezca, se expanda, y comience a exigir su llenado.
Resulta que el pensamiento sirve al deseo y el deseo es el «yo» de la persona. Un gran deseo domina los deseos pequeños. Y si la persona quiere aumentar un pequeño deseo, el consejo es fortalecer su persistente pensamiento del deseo puesto que el deseo crece según la medida en la que uno piensa en ello.
Y así, uno debe estudiar Cabalá constantemente, por el persistente esfuerzo en que el pensamiento incremente el deseo espiritual de uno hasta que este se vuelva el gobernante real.
– Baal HaSulam, Shamati (He Escuchado), artículo N º 153, «Un pensamiento es el resultado de un deseo»
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