Una aplicación de uso interno

A lo largo del desarrollo de toda nuestra historia, a excepción del período comprendido entre la salida de Egipto y la destrucción del Templo en el que Israel existió como una nación espiritual, durante los últimos dos mil años, los cabalistas acostumbraron establecer pequeños grupos entre ellos y eso fue suficiente.

Pero ahora, tenemos que construir el nuevo sistema de otorgamiento mutuo de una manera absolutamente tangible, al igual que todas las conexiones y los sistemas que operan en este mundo. Es decir, debemos construirlos no sólo en las relaciones internas entre nosotros, como los grupos de cabalistas quienes revelan el atributo de otorgamiento entre sí, sino que ¡hoy en día la cualidad de otorgamiento tiene que realizarse en los asuntos este mundo!
Esto debería ser una aplicación plena y tangible de esta cualidad espiritual en nuestra vida, impresa en todas las naciones, industria, comercio, en la relación del hombre con el mundo y la sociedad, en los sistemas de todos los días. Tiene que ser revelado encada etapa, en cada elemento y parte de las relaciones corporales, en toda nuestra vida cotidiana que se relacione con la alimentación, sexo, familia, honor, poder y conocimiento. En otras palabras, todo lo que existe en este mundo tiene que existir con la intención de otorgar.
En primer lugar, necesitamos una educación nueva, y entonces podemos comenzar con las correcciones. Es así porque si empezamos la corrección de la sociedad antes de corregirnos a nosotros mismos, la echaremos a perder aún más. ¡El mundo será aún peor para mostrarnos nuestra imperfección!
Si hoy ustedes no entienden que están corruptos por dentro e intentan cambiar algo que está fuera, todos los cambios que implementen se voltearán a propósito hacia ustedes para obligarlos a regresar y a que se corrijan ustedes en primer lugar. Y basados en la corrección interna, ustedes serán capaces de salir con los cambios externos, desde dentro hacia fuera. Esta es la única manera de corregir la realidad.
(53822 – De la 5º parte de la lección diaria de Cabalá del 9/6/2011, «La Nación»)

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