Existen tiempos y periodos especiales en la espiritualidad, «momentos felices» por así decirlo, que no podemos predecir o traer de vuelta. Estos vienen ocasionalmente, de vez en cuando y no dependen de nosotros, sino de las relaciones entre Zeir Anpin y Maljut de Atzilut.
Imagina dos cilindros, uno dentro del otro. En cada uno de ellos hay un pequeño espacio y en medio hay una lámpara. Cuando los dos cilindros se dan la vuelta a veces sus espacios coinciden y entonces un haz de luz emerge entre las ranuras y puede verse por fuera.
Es lo mismo con Zeir Anpin y Maljut, los cuales cooperan en situaciones especiales y a veces «brillan» para la persona. Esto se llama «tiempo de buena voluntad». Viene de Arriba y a cada individuo en su propia manera especial, ya que todos somos distintos y todos pertenecemos a diferentes partes del sistema general, que atravesamos diversos estados internos y externos.
Para resumir, como resultado de la ruptura de las vasijas, las conexiones entre nosotros son excelentes y confusas, y entonces existen muchas condiciones diferentes. Pero en cierto punto un «buen tiempo» para la persona y más tarde es muy importante que la persona lo aproveche y lo llene.
(94052 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 26 de noviembre del 2012, «La Esencia de la Sabiduría de la Cabalá»)