Nuestra hoguera común

Baal HaSulam, Fruto del sabio, carta # 13: Ustedes tienen que saber, que en cada persona del grupo hay muchas chispas de otorgamiento. Si ustedes han unido todas las chispas en un lugar, en la unión fraternal, en amor y amistad, entonces, por supuesto, alcanzarán un nivel espiritual muy importante de la Luz de la vida.

Nos falta sólo una única cosa: conectar más nuestras chispas. No hay obstáculos, no hay barreras, lo único que debemos hacer es unirnos aun más en un todo para arder juntos.

Degel Majaneh Efraim («La bandera del campamento de Efraín»): «Siempre es bueno cuando aquellos que se aspiran al Creador (Israel) se unen juntos, en un grupo». Uniéndose abajo, ellos evocan la unión en su raíz Arriba.

En este caso, dicha raíz influye sobre nosotros y termina lo que hemos empezado a realizar. Como está dicho: «El que hace paz en Sus Alturas, haga la paz para nosotros». Elevamos una súplica por corrección (MAN) y abajo se despiertan nuestros deseos. Entonces, las fuerzas de unidad llegan a nosotros desde Arriba y completan nuestras acciones.

Así, lo que necesitamos realizar es «la mitad de la moneda», la mitad de la acción: es decir, tenemos que desear unirnos. Y dicha acción será realizada desde Arriba, cuando nuestra demanda sea correcta.

Rabash, «La necesidad de amar a los amigos»: La unidad de los amigos contiene una cualidad especial. Puesto que, cuando ellos se unen, sus opiniones y pensamientos pasan del uno al otro, y, por eso, cada uno recibe las fuerzas del otro. Gracias a esto, cada uno tiene la fuerza de todo el grupo. Y, aunque cada persona es un individuo, tiene las fuerzas del grupo entero.

Cada amigo puede ser distinto de los demás, sin embargo, la unidad le da las fuerzas de todos los amigos. Imagínate tal estado, en el que cada uno sienta las fuerzas de todos. En realidad, esto ya es la fuerza del Infinito, puesto que nos conectamos al un grupo enorme, junto con los amigos de todo el mundo. No se necesita nada más.

Cuando estamos solos, nadie tiene las fuerzas para elevarse ni siquiera al primer grado espiritual, al grado más pequeño. Solamente si nos unimos de manera cuantitativa y cualitativa, alcanzamos las Luces de Nefesh, Ruaj, Neshama, Jaya, Yejida y pasamos a través de los mundos de Assiya, Yetzira, Bria, Atzilut y Adam Kadmón hacia el Mundo de Infinito.

Todos los 125 grados del alcance espiritual se logran a través de la conexión creciente. Dentro de dicha unidad yo encuentro una vasija especial capaz de otorgar más y, a consecuencia de esto, revelo una Luz más grande.

(62743 – De la Lección 8, Convención mundial Arvut del 8 de Diciembre del 2011)

Material Relacionado:

Un océano de gotas
Antes que la naturaleza
Pensando en un mundo recién nacido

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *