La persona llega a un curso educativo como resultado de cierta necesidad. En primer lugar ella no entiende dónde está. Luego, a medida que pasa el tiempo, acumula una y otra vez las diversas impresiones y siente la emoción en la conexión y la unidad, hasta tal punto que comienza a llorar en el círculo.
Eventualmente ella siente que ha atrapado el destino por la cola y que tiene una oportunidad excepcional para mejorar su vida y la vida de los que la rodean. La meta de traer el mundo a la unidad llega a ser tan sublime que está dispuesta a dedicarle su tiempo a ella.
La persona que empieza a estudiar la sabiduría de la Cabalá espera un proceso similar. Primero quiere saber acerca de la estructura de los mundos y no tiene ningún deseo de escuchar nada acerca de la unidad. Ella siente gradualmente un creciente deseo de leer artículos sobre el grupo, pero sólo por el hecho de que nos sentiremos bien juntos, como en una sociedad sincronizada o en un equipo.
Poco a poco nos movemos desde el mensaje sobre el grupo al mensaje de la unidad, a la garantía mutua, sin aclarar aún por qué la necesitamos.
Entonces anhelamos ser como uno en el grupo, y entendemos que todos nuestros anhelos y deseos tienen que llevarnos hacia la unidad con el Creador, de acuerdo a la ley de equivalencia de forma.
Mientras anhelamos la unidad con el Creador, descubrimos que nosotros no tenemos el poder para hacerlo y empezamos a darnos cuenta de que la única manera de recibir fuerzas es desde una fuente externa. ¿Por qué de repente pensamos en eso? Porque así es como está organizado el sistema: Cuando completan cierta parte, éste coloca la siguiente parte ante ustedes.
Tenemos que lograr este estado en nuestro trabajo con el entorno externo, con el público, de tal forma que sintamos que estas personas son como nuestros propios hijos. Entonces, al no tener otra opción, nos volveremos hacia el Creador con una petición que les concierne a ellas.
Una vez que entendemos, como resultado de la ley de causa y efecto, que todo esto se hace para que seamos capaces de concentrarnos en él, para que toda la humanidad, todo lo que existe en la realidad, se enfoque en Él, lo anhele a Él, y quiera deleitarlo a Él, entonces, los seres creados pasarán por el proceso de la evolución y, finalmente, se darán cuenta de que Él en realidad es Aquel que ha creado todo de la creación como el bien absoluto. Por lo tanto, todos alcanzarán la unidad con Él.
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