Percibe a la decena como el lugar donde habita el Creador

No podemos alcanzar equivalencia de forma con el Creador si nos enfocamos sólo en Él. El Creador es evasivo e inaccesible a nuestra percepción personal. Pero al ajustar nuestra percepción para sentir amor mutuo en la decena, nos dirigimos al Creador.

El Creador está oculto; Él existe sólo como una impresión en nuestro recipiente espiritual, la decena. La decena misma se encarga de dar satisfacción al Creador. Pues, si doy alegría a mis amigos, para dar contento al Creador, me elevo por encima de mi ego y preocupación personal y todo ese cuidado, llega al Creador. Cuidar a los amigos es la vasija (Kli), para cuidar al Creador.

El Creador viste en mi preocupación por los amigos, por la decena. No puedo tener una relación directa de Él, pero si estoy dispuesto a cuidar a mis amigos, el Creador se viste en ese cuidado. Tengo un trabajo práctico que hacer y dejo que el Creador se vista en él.

Por eso se dice: «Del amor a los seres creados al amor al Creador», el amor al Creador está en amar a los seres creados. Sólo así puedes lograr comunicarte con el Creador.1

Mi meta es el Creador. Quiero cuidarlo como Él me cuida. Pero no tengo nada a que aferrarme, no sé qué es el Creador y puedo comenzar a fantasear, a construir ídolos. Inicialmente, Abraham lo hizo construyendo ídolos. Pero luego vio que así, no se puede revelar a la fuerza superior que gobierna la realidad.

Por eso, Abraham hizo añicos a los ídolos y comenzó a anhelar al Creador, sin estatuas ni imagen, nada ante quien inclinarse. El ropaje en el que podemos imaginar o formar al Creador es la decena, el grupo. Así, Abraham comenzó a reunir gente a su alrededor, diciendo: «¿Quién sea para el Creador, que venga a mí!», «Ama a tu prójimo como a ti mismo» y «El amor cubrirá todos los crímenes».

La conexión es la vasija dentro de la que se revela el Creador. La conexión correcta, cuando todos se preocupan por los demás, es el único «ídolo» que se nos permite construir, para que ahí entre el espíritu superior que llena al grupo, las diez Sefirot. Si la decena logra la conexión correcta, se convierten en el lugar en el que habita el Creador. Debo percibir a la decena como un lugar, una vasija en la que habita el espíritu superior.2

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 21/ene/20, Dar satisfacción al Creador

1 minuto 16:20

2 minuto 23:20

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