Persiguiendo un espejismo

Baal HaSulamhace una lista de cinco preguntas en el comienzo de la «Introducción al Libro del Zóhar»:

1. ¿Cuál es nuestra esencia?

2. ¿Cuál es nuestro rol en la larga cadena de la realidad, donde somos pequeños eslabones?

3. Nos sentimos bajos y deficientes, pero ¿no deberían emanar el Creador, quien nos creó, sólo acciones perfectas?

4. ¿Cómo podría el Creador condenar a sus criaturas a tanto sufrimiento?

5. ¿Cómo podría algo Eterno, que no tiene principio ni fin, producir criaturas perecederas, temporales, e inferior?

Muchos han pensado sobre esto durante el transcurso de muchos siglos, desde que la humanidad llegó a conocerse a sí misma. Y nuestra generación tiene ante ella las mismas preguntas. No nos las hemos arreglado para alcanzar el entendimiento, en tanto que esto tiene que ver con preguntas fundamentales que se refieren a la esencia misma de nuestra existencia: ¿Para qué vivimos? ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Cuál es su razón de ser? ¿Qué tipo de proceso está contenido en ella? ¿Tenemos libre elección? ¿Cuál es el propósito que tenemos ante nosotros? ¿Es  esto naturaleza ciega o seguimos un determinado programa? ¿Puede éste ser cambiado?

Además, hay preguntas que tienen que ver con las escrituras: Si el Creador es bueno, entonces ¿dónde está Su bondad? ¿Está en otro mundo? Pero, ¿quién lo ha visto?

Brevemente hablando, estas preguntas constituyen la realidad entera, a excepción del grado animado en el que debemos proveer lo necesario para nuestras necesidades diarias.

Comentario: No muchas personas se hacen estas preguntas.

Respuesta: Este es un problema aparte, la gente no sabe cómo pensar sobre las cosas importantes. Sin embargo, estas cosas sin duda les molestan a nivel subconsciente. Y sobre todo hoy en día.

Y, en general, ¿ha habido realmente una sola persona en la historia que no se haya preguntado?

– ¿Por qué sufro?

Pero, al mismo tiempo, ¿Qué es lo sorprendente aquí?

– Sufres porque te sientes mal.

– Pero, ¿por qué me siento mal?

– ¿Y por qué podrías sentirte bien? ¿Tú asumes que bien es un estado normal, y cualquier cosa peor no es normal? ¿De dónde has sacado esto? ¿Tal vez crees en el Creador? Pero, ¿cómo puede saber que Él existe y que Él es bondadoso? Así que ¿Por qué te sorprendes cuando te sientes mal? Tal vez el sentirte mal sea un estado normal en el mundo.

Por lo tanto, cualquier pregunta que la persona se haga cuando se eleva por encima de sus preocupaciones sobre su vida diaria, contiene necesariamente todas estas complicaciones básicas, esenciales, aunque estén disfrazadas. Descubrámoslas ligeramente.

1. Naturalmente, la persona no se pregunta: «¿Cuál es nuestra esencia?» Ella lo hace de otra manera: «¿Quién soy yo? ¿Por qué y para qué? «Los niños piensan sobre estas cosas y luego las olvidan. Sin embargo, las preguntas permanecen: ¿Cuál es nuestro papel? ¿Hacia dónde nos lleva el proceso histórico de desarrollo? ¿Tiene éste algún propósito? ¿Es casual la evolución o sigue un plan determinado?

2. Descubrimos que todas las partes de la naturaleza están estrechamente interconectadas, además, su interconexión no es espontánea, es racional, y esta razón está por encima de nuestro razonamiento. Pero al final, nosotros somos consecuencia de la naturaleza, y apenas comprendemos, tan solo un pequeño fragmento de su imagen común.

Y es por eso que la persona hace preguntas: Si estamos observando un proceso consecutivo, que sigue la sabiduría profunda de la naturaleza, y que conduce naturalmente a una determinada meta, entonces, ¿quién soy y qué soy yo? ¿Hacia dónde voy? ¿Hacia dónde debería ir? ¿De dónde viene mi vida? ¿Viene de otro planeta? Y si es así, ¿cómo llegué allí? Algunas personas se preocupan de que el sol se extinga dentro de miles de millones de años, o que un cuerpo celeste determinado pueda chocar con el planeta Tierra. «¿Incluso si esto no sucede a mí, qué pasará con la humanidad?» No te rías de estas preocupaciones.

3. Nosotros estamos increíblemente limitados, y aun así queremos saberlo todo. Pero por otro lado, cuando nos miramos a nosotros mismos, vemos nuestra propia deficiencia. Y esto es correcto si trazamos una comparación con la grandeza de la Naturaleza, con su poder, belleza y perfección, con los hermosos paisajes con el cielo estrellado por encima de nosotros, que aún no han sido arruinados por el hombre. Mira profundamente en el interior de la magnificencia de la Naturaleza, profundiza en la estructura del ADN o de un átomo y te sorprenderás con lo que ves. Nosotros somos pequeños tontos pretenciosos. Todo lo que nos importa no es más que una pequeña migaja raspada en el gran lienzo.

En cualquier lugar que miremos, vemos una inmensa sabiduría y una interconexión inseparable. Es sorprendente que todas las partes de la naturaleza se mantengan entre sí, mientras que sólo nosotros llevamos hacia su extinción, sin comprender que esto conduce a nuestra propia destrucción. Porque no importa cuán orgullosos estemos, en realidad la naturaleza nos alimenta y provee para nosotros. Nada aparece de la nada. Alimentos, agua, ropa, todo esto lo recibimos de ella, y nosotros respondemos a la amabilidad con destrucción. Esto sólo da testimonio de nuestra necedad.

Y por lo tanto se deduce que todo en la naturaleza es perfecto y que solo nosotros somos defectuosos. Pero ¿cómo puede ser que sólo nosotros seamos defectuosos de entre todos los elementos de la naturaleza? No sólo destruimos el mundo, estamos destruyendo nuestro futuro cercano, y nos negamos a pensar en ello. Incluso cuando una persona sabe que morirá mañana, aún así no se detendrá, no se resistirá, y viajará por el resto del camino hacia el inevitable cadalso.

La naturaleza indivisible gobierna sobre los niveles inanimado, vegetativo y animado, pero su poder no es absoluto sobre nosotros, ésta nos ha dado la libre elección. Entonces, ¿por qué usamos esa libertad para arruinarnos aún más a nosotros mismos? En vez de utilizar nuestra independencia para el bien, para volvernos Humanos, con mayúscula, maravillosos y benéficos para nosotros mismos y para los demás, yo destruyo todo lo que pueda. ¿Para qué necesito esta libertad?

4. ¿Por qué sufrimos, cuando la Naturaleza perfecta ha preparado una meta maravillosa para nosotros?

5. Y, por último, ¿cómo podría el Creador perfecto producir criaturas perecederas, temporales, e inferiores, nacidas en dolor, que viven en el sufrimiento, y mueren en agonía? La persona se pasa toda la vida en la búsqueda del placer, el cual nunca logra captar. Debido a que en el segundo en el que no logra captar algo, de inmediato se preocupa por su siguiente placer. Nunca estamos completamente satisfechos, e incluso si las pequeñas cosas son suficientes para nosotros, ésta sensación no dura para siempre. Cada placer es seguido por el vacío, y nosotros perseguimos constantemente un espejismo.

Por lo tanto, las preguntas que Baal HaSulam ha enumerado, nos conciernen a todos hasta cierto punto, y nosotros tendremos que encontrar las respuestas a estas preguntas.

(80528)
De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 6/14/12, Introducción al Libro del Zóhar

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