Reacción química para conectar almas

El primer paso para alcanzar el amor del Creador es adherirse a los amigos del grupo amando al prójimo como a uno mismo. En la primera etapa, la gente descubre su incapacidad para amar a los demás y se vuelven al Creador en busca de ayuda.

Ven cuánto depende de sus amigos, de todos individualmente y  juntos. Su objetivo es acercarse a cada amigo y apoyarlo, así como unir a todos en un sistema que el Creador llena y eleva más y más en los grados de unidad.

Adhesión significa que me esfuerzo por acercarme más a mi amigo, conociéndolo mejor y fortaleciendo la conexión interna con él hasta sentirnos como una persona con un solo corazón. Significa que tenemos un deseo, aunque seamos dos personas diferentes.

Sentimos la distancia entre nosotros, pero sobre ella queremos lograr cercanía y conexión. Y así aprendo cuánto se ayudan estos dos opuestos.

Estudio las cualidades de un amigo y trato de hacer que mis cualidades le correspondan en una forma externa.

Los niños aprenden de los adultos imitándolos en todo. Este instinto está incrustado en el nivel animado. En un nivel espiritual, necesitamos penetrar las cualidades internas de un adulto, sus sentimientos, comprensión, naturaleza y tratar de volvernos como él por dentro.

Por supuesto, esto es imposible. Exteriormente podemos realizar acciones imitando a alguien más, incluso al Creador y pedirle que recompense nuestros esfuerzos haciendo cambios internos en nosotros que nos acerquen a Él. Ese es el objetivo de trabajar en grupo.

En un grupo de diez personas, hay diez deseos y cada deseo se divide en otros más pequeños. Si tratamos de acercarnos más y más y entrelazar nuestros deseos, con el tiempo sentiremos cómo cada uno está imbuido de los deseos del otro y gradualmente nos convertiremos en una persona con un solo corazón.

Tal conexión entre la gente no ocurre en el mundo material, es una conexión de naturaleza espiritual en otro nivel. Es como una reacción química entre átomos de diferentes sustancias cuando se combinan en moléculas cada vez más complejas. Esta reacción de conexión ocurre en un grado superior: entre deseos, pensamientos, percepciones, hasta que todo se une en un solo corazón.

Cada uno de nosotros tiene diferentes cualidades, pero por encima de todos nosotros, hay una cabeza que lo controla todo. Si la decena está construida y opera sobre este principio, entonces sentimos la revelación del Creador en él.

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