La sensación del Creador con respecto a las almas es percibida como infinito. Es una conexión entre mundos. Pero el infinito es el nivel más elevado y así permanece.
Intentamos todo el tiempo graduar nuestras relaciones de manera que las percibamos en ciertas dosis y de acuerdo con ellas llamamos a nuestros pasos, estados.
Podremos comunicarnos de alguna manera con el Creador, es decir, darle a Él nombres junto con los grados, junto con esos límites, porque limitamos Su imagen hacia nosotros.
Si digo “padre”, “madre”, “alto”, “bajo”, “bueno”, “malvado”, etc., limito mi percepción, de alguna manera lo defino y de ese modo puedo hablar de algo. De otra forma, no tengo ningún otro estado, excepto cierta admiración confusa, que también desaparece. No podemos imaginar el estado de un llenado sin límite.
Aun cuando el Creador tiene gran deseo de deleitar al ser creado y nos relacionamos con Él como fuente de placer, conocimiento y sensación infinitos, debemos limitarnos hacia Él, hacer una restricción en nosotros mismos e ir más allá, proponiendo condiciones con el fin de definirlo a Él dentro de ciertas fronteras, límites.
Existimos en el Creador incluso ahora, pero ¿dónde está Él? No lo sentimos. Podemos comenzar a sentirlo a Él, sólo si limitamos nuestra percepción. Tenemos una restricción, después una pantalla, después un impacto, una cierta cantidad de luz.
Sólo al grado en que podemos dar al Creador podemos recibir de Él ¡Es la única manera!
De otro modo, todas las sensaciones desaparecen. Sólo pueden existir en una cantidad limitada, la cual puede incrementar más y más.
Podemos lograr una sensación infinita, pero será en una sensación infinita.
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De Kabtv “Fundamentos de Cabalá” 8/12/20
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