En las noticias (de la revista Scientific American): «Los retos en cuanto a las pérdidas de cosechas relacionados con el clima ya están afectando la capacidad que tiene el país de alimentar a más de 1,3 millones de chinos…»
«En el norte de China, donde los campos de trigo han dominado el paisaje durante siglos, cada vez se hace más difícil que el cultivo crezca, dado que la tierra se vuelve más seca y caliente. En el sur de China, en los últimos años, las sequías han reemplazado a las temporadas de lluvias, secando los campos de arroz a gran escala. … «
«Esto plantea el asunto de si los 1.34 billones de chinos – que representan casi una quinta parte de la población mundial, serán capaces de alimentarse por sí mismos. En la actualidad, China produce un poco menos grano de lo que consume su pueblo. Las pérdidas de cosechas causadas por fenómenos meteorológicos extremos, ataques de insectos y otros problemas asociados con el cambio climático, están sacudiendo el ya delicado equilibrio».
Mi comentario: El problema del hambre no está en la sequía, sino que en primer lugar está en la relación incorrecta dentro de la sociedad humana: ¡se ha calculado desde hace mucho tiempo que con una distribución igualitaria, habría suficiente de todo! Y con el consumo egoísta, siempre habrá personas que padezcan hambre. La naturaleza nos obligará a llegar a una distribución equitativa.
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Un egoísta que valora el poder de otorgar
El consumo no es el problema
Preparemos al mundo para la distribución equitativa de los ingresos