¿Sentimos el efecto de la similitud de la naturaleza con nosotros?

Pregunta: ¿He entendido bien que la educación integral es la creación de una red que puede absorber posteriormente la luz superior que llega a través de otras personas?

Respuesta: Por supuesto. Ciertamente. Si surge en ti una equivalencia con la naturaleza, entonces ya tienes el reabastecimiento desde arriba, y toda la enorme naturaleza integral actúa al unísono contigo y te sostiene.

Empiezas a sentirla, a respirar junto a esta y a recibir pensamientos y sentimientos de ésta. Cuando trabajas al unísono con ésta, sientes que esta es la manera de hacerlo, mientras que aquella no vale la pena hacerlo; aquí hay que aumentar, y aquí hay que reducir algo. En general, empiezas a sentir lo que la naturaleza requiere de nosotros.

Se lo explicamos a la sociedad con las palabras de nuestro mundo y no necesitan saber que proviene de las leyes ocultas del mundo físico. ¿Qué diferencia hay para una persona corriente que utiliza aparatos electrónicos en cuanto a su funcionamiento? ¿Acaso entiende algo de esto? Aprieta ciertos botones, ¡y ya está! Hoy en día, un niño es feliz trabajando con teléfonos móviles o con cualquier dispositivo. ¿Y qué sabe al mismo tiempo?

No sabemos qué es una corriente eléctrica ni la interacción de los campos, etc. Pero sabemos cómo utilizarla. Hemos aprendido: “¡Esto es así! Y esto es así”. Bien. Y así es. Es decir, sabemos lo que se relaciona con lo que usamos. Y no sabemos nada de esta naturaleza; vuela a algún lugar de otro mundo, a una región extranjera.

Hoy en día hay ciertos estudios y efectos que se basan en el conocimiento de la teoría de la relatividad de Einstein. ¿Y qué pasa si no entendemos claramente cómo funciona por encima de la velocidad de la luz o a la velocidad de la luz? En nuestro mundo, todo está por debajo de la velocidad de la luz. Por encima de la velocidad de la luz está el siguiente mundo, el siguiente grado.

Por lo tanto, a una persona sencilla le basta con saber que al unirnos despertamos en nosotros una fuerza común, la sabiduría de la multitud, junto con la naturaleza. Esto es comprobable, y nos basta. Funciona, ¡y ya está! Esto se considera una ley de la física.

Y no entendemos en absoluto la fuerza interior de la ley ni su fundamento. Solo estudiamos las consecuencias. Una determinada masa es atraída por la Tierra con una determinada fuerza; calculamos la fórmula y ¡todo está listo! Y lo utilizamos. Esto se llama nuestro conocimiento.

Por mucho que exploremos nuestro conocimiento, siempre es limitado, siempre en la materia. Es decir, siempre estudiamos solo las consecuencias de unos efectos que no se sienten por sí mismos. Solo sentimos los efectos, pero no la fuerza en sí, por ejemplo, la corriente eléctrica, las ondas magnéticas o el campo gravitatorio.

Por lo tanto, la gente solo necesita conocer una regla. Cuando una multitud se reúne y se organiza, surgen en ella ciertos efectos, el efecto del aumento de la sabiduría, el aumento de la impresionabilidad, el aumento de la fuerza y el aumento de la capacidad mental de predecir, ver y sentir. Al mismo tiempo, la ayuda mutua aumenta la fuerza potencial de este grupo, y así sucesivamente. De esta manera nos elevamos al siguiente grado.

 

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