Cuando uno de sus estudiantes comenzó a hablar sobre la importancia del trabajo espiritual a través de la repetición de acciones, en otras palabras, cómo a él le parecía una rutina, usted le respondió: “No podemos escuchar lo que estás diciendo”…. ¿Por qué no?
Respuesta:
Uno no tiene que escuchar cosas malas sobre la espiritualidad.
Comentario:
Pero usted alguna vez mencionó que uno puede incluso maldecir al Creador…
Mi Respuesta:
Es problema suyo. Yo no quiero escucharlo. Adelante, que perjure. Yo dije que es mejor maldecir que abandonar.
Imaginemos que amamos a alguien y que a veces hay todo tipo de peleas entre nosotros. Es mejor eso, que cortar la conexión y retirarse.
Pregunta:
Pero se escuchan muchas cosas parecidas, cuando las personas expresan sus dudas y dicen: “No creo. Demuéstralo”.
Respuesta:
¡Es natural! ¡La persona está en ocultamiento! ¿De qué otra forma puede reaccionar?
Pero cuando llama rutina al trabajo espiritual y se queja de que está cansado de la vida cotidiana, entonces, no hay que escuchar esto ni a alguna otra declaración negativa sobre la espiritualidad. Puede hablar consigo mismo, cualquier cosa puede suceder, ¡pero no tiene el derecho de decírselo a los demás!
Con respecto a las otras personas, tiene que actuar como en un teatro, mostrarse inspirado y extasiado. ¡Es la única forma!