Subyugación – principal acción espiritual

Subyugación es la principal acción, hasta el final de la corrección. La base de todo el trabajo espiritual. Mientras más buscamos oportunidades para subyugarnos, mayor es la velocidad de nuestro avance espiritual. No debemos esperar que la oportunidad de subyugar nuestro egoísmo surja sola y corone al Creador como el constructor del universo, quien controla la realidad y nos envía todos los estados, desde los mejores hasta los peores.

Yo mismo busco la oportunidad de subyugarme: “Yo despierto el amanecer y el amanecer no me despierta”. Por lo tanto, necesitamos prepararnos para estar en subyugación, aceptar todo en fe por encima de la razón, como proveniente del Creador. No importa qué suceda, es un ejercicio, un juego que el Creador juega conmigo. No hay nada más que el Creador que coloca todo tipo de obstáculos frente a mí, los cuales debo aceptar no como obstáculos en el camino, sino como oportunidad para conectar con Él.

Todos esos obstáculos, mis errores y transgresiones, se convierten en Mitzvot cuando decido que no hay nada más que el Creador y que todo es hecho por Él. La transgresión es estar bajo el poder de un obstáculo y no ver nada aparte de eso. Después de todo, no hay duda de que el obstáculo es enviado por el Creador en virtud de Su amor absoluto, no para debilitarme, sino para mi avance.

Usualmente, después de un gran éxito en un congreso, sentimos un vago estado de fatiga. Pero la fatiga no existe en espiritualidad. Sólo existe una falta de combustible que necesitamos llenar como resultado de un deseo creciente.

Primero, el Creador me envía pequeños obstáculos, pesadez en el corazón, malos entendidos, confusión y fatiga. Después vienen problemas más serios que no pueden ser resueltos por la frase: “No hay nada más que Él”, sino que requieren de todo un proceso de trabajo. Ya no es “dos más dos” sino una fórmula más compleja. No importa lo que suceda, nos movemos en el camino de la subyugación, queremos coronar al Creador para que gobierne todo lo que sucede de manera que Él sea el único gobernante, la única fuente y la razón, aparte de la cual no hay nada. Este es nuestro trabajo constante.

Si en algún momento no veo que el Creador gobierna todo mi mundo, significa que salí de la santidad y ya no pertenezco al sistema espiritual. Por lo tanto, inmediatamente debo regresar al estado “No hay nada más que Él” y reforzarme atrayendo a todo el grupo a este estado.1

Si en la decena caemos en el estado de los hijos de Jacob, los hermanos que no quieren unirse, sentimos hambre en la tierra de Israel por la inhabilidad para avanzar en la espiritualidad- carencia de satisfacción espiritual. Por lo tanto, tenemos que comenzar a trabajar con nuestro deseo de disfrutar: descender a Egipto, a la esclavitud hacia el faraón.2

El trabajo de preparación comienza con Abraham, Isaac y termina con Jacob, en la línea media, donde la unidad de los hijos de Jacob, sus seguidores, tiene lugar, donde la formación de un grupo ya está tomando lugar. Al principio, este grupo no quiere unirse, pero es forzado a subyugarse por la hambruna, la sensación de falta de resultados de todos sus intentos de trabajar con su deseo de disfrutar que los divide.

No tienen otra opción que descender a Egipto, a la esclavitud ante el faraón. El trabajo en la esclavitud egipcia es trabajo en unificación durante los siete años de abundancia y los siete años de hambruna. Llegan a tomar conciencia de que nunca serán capaces de unirse sin revelar al Creador, necesitan ayuda de arriba.

Por lo tanto, reciben la Torá y se unen “como un hombre con un corazón” en Arvut (garantía mutua). Este grupo continúa uniéndose, revelando a cada momento un deseo cada vez más fuerte de disfrutar entre ellos, subyugándose cada vez más. Adquirir los pasos de subyugación termina al completar todo el trabajo en el desierto, esto permite lograr la conexión correcta y construir el Templo. El Templo es una vasija espiritual, un grupo, dentro del cual el Creador pueda habitar y revelarse a Sí mismo para todos, al grado de la similitud de propiedades.

Este es el camino del desarrollo espiritual, el camino de la Torá. Debemos pasar por esos estados con fe por encima de la razón, en subyugación, con el fin de llegar al Templo.3
De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 11/mar/19, clase con el tema “Rendición (subyugación)”
1 minuto 0:20
2 minuto 30:29
3 minuto 39:23

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