La Luz es la impresión dentro del deseo, un fenómeno especial dentro de la vasija, y así la siento y la identifico. Se dice que toda la Luz que apareció en un determinado nivel permanece allí. Esto significa que todos los estados que hubo dentro de la materia de la creación, los cuales llamamos «Luz» o lo opuesto «oscuridad», que todas las impresiones individuales, siempre permanecen dentro del deseo y existen en este simultáneamente sin interrumpirse uno al otro.
Es como el aire que está lleno de millones de ondas de radio que no se interrumpen una a la otra ya que ellas están en diferentes frecuencias. Ellas no chocan una con la otra. Lo mismo sucede dentro de la vasija que incluye aun más componentes. Todo lo que tuvo lugar en ella siempre, permanece dentro de la vasija y las vasijas son incorporadas una en la otra desde la primera hasta la última.
Esto significa que en toda vasija están todas las otras vasijas y también todos sus estados. Pero el punto aquí no es la cantidad. La calidad no es un resultado de la cantidad, sino que ésta va por encima cuando yo me elevo por sobre esta inmensa cantidad de impresiones hacia el único operador que las evoca. Por consiguiente, yo despierto la Luz que transforma todas estas cantidades en una.
Ninguna cantidad adicional generará una nueva calidad. Tú puedes incluso contar hasta Ein Sof (Infinidad). No hay límite para los números racionales. Hay números físicos que se expresan mediante números irracionales y por lo tanto no pueden expresarse con precisión ya que ellos incluyen un infinito número de dígitos después del punto decimal, al igual que el número pi, por ejemplo. Estos son los números fijos e irracionales que nos muestran los elementos de la naturaleza. Pero al alcanzar los límites del acercamiento numérico, la persona exige el nuevo acercamiento cualitativo.
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De la 3º parte de la lección diaria de Cabalá del 7/10/12, El Estudio de las Diez Sefirot
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