Vayamos de acuerdo con Su Plan

thumbs_Laitman_701¿Recuerdas la historia del buen mago? Se dice que las piedras, las flores y los animales no pudieron dar al Creador el deseo suficiente para el  llenado que Él quería otorgarles y, tampoco pudieron corresponderle con  su amor y otorgamiento. Sólo el hombre puede entenderle, sentirle  y ser como Él. Es por eso que los dos son capaces de lograr la unidad, el uno con el Otro.

Tenemos que lograr el mismo tipo de unidad entre nosotros, al igual que este hombre (que incorpora todo el mundo dentro) hizo con el Creador. Tenemos que entender que la unidad es la mejor cosa que puede ocurrir, y  que es la razón por la cual el Creador nos rompió en muchas partes: con el fin de que nos uniéramos entre nosotros. Él nos dice: «Si pueden llegar a ser tan buenos, y queridos, amigos, de forma que se unan  como un solo hombre con un solo corazón, entonces podrán entenderme y sentirme, es decir, podrán unirse a Mí».

Obviamente,  esto requiere de un trabajo tremendo. La Torá nos habla de cómo los ángeles (es decir, las fuerzas de la naturaleza) no entendieron el plan del Creador, antes de que la creación se desarrollara hasta la cuarta fase final. La comprensión llega solamente en este último nivel, el humano; como está escrito: «Este campo ha sido sembrado por mí.» Esto significa que todo se hace por causa del hombre, pero es imposible comprender el objetivo final mientras que el deseo no se desarrolle hasta este nivel. Ese es el significado del versículo, «No muestres a un tonto un trabajo a medio hacer».

Los ángeles son fuerzas, dentro de nosotros, que están, todavía, poco desarrolladas y no entienden el plan del Creador o la necesidad de este desarrollo. Dos puntos – el principio y el fin de la creación – ya están fijados de antemano y determinan todo lo que sucederá en el camino entre ellos. Si unimos estos dos puntos, el inicial y el final, entonces inmediatamente revelaremos todo el programa del Creador, de principio a fin y de una forma clara, junto con todos sus detalles. Por lo tanto, sólo tenemos que ponerlo en  práctica pero, eso sí, sin plantearnos dudas ni preguntas sobre lo que está sucediendo.

Sin embargo, existe un pequeño punto adicional que tiene lugar dentro de este programa: Se llama ¡nuestra libertad de voluntad! Éste es el esfuerzo necesario, que proviene del propio hombre, donde éste tiene que entender y desear, por su propia voluntad, entrar a formar parte del programa superior del Creador.

Así que, vayamos de acuerdo con el programa, al igual que los ángeles escucharon la explicación del Creador y estuvieron  de acuerdo con ella.

(Extracto de la 4ª parte de la Lección Diaria de Cabalá 1/7/10 Introducción al libro, Panim Meirot u Masbirot)

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