Yehuda Ashlag: Revolución espiritual

Rabash creó una revolución al acordar enseñar a las personas no religiosos, absolutamente alienados en espíritu, que no tenían la mentalidad de los judíos polacos, de estar sentados en un rincón, en una pequeña comunidad y estudiar. 

De pronto, cuarenta estudiantes llegaron a usted, provenientes de Tel Aviv, quienes eran totalmente agnósticos y usted los aceptó y les entregó su corazón. Todo esto sucedió en Bnei Brak, en una comunidad ortodoxa.

Era algo incomprensible: “¿Qué, ¡Ashlag había empezado a enseñar a personas no religiosas?!  ¡y eran jóvenes! ¡y no estaban casados?! ¿¡Cómo puede ser?!”

Se creía que la Cabalá era solo para personas mayores de cuarenta años. Y le llevé jóvenes de ¡veinticinco años! Se creía que la Cabalá era solo para religiosos, los que ya sabían del Talmud. Le llevé unos chicos que jamás habían abierto estos libros, no los conocían ¡y los despreciaban!  Ellos solo usaban la kippah en los funerales o si algo pasaba. 

Aceptó a esas personas para que estudiaran Cabalá contra todas las costumbres, menores de cuarenta años, no casados, no cumplían ellos mismos con la Torá! ¿Cómo es posible? Pero lo hizo. Había llegado un tiempo diferente. 

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