Yo no quiero ser un alpinista

El desarrollo egoísta se llevó a cabo poco a poco, en miles de millones de personas, y de repente nos encontramos encerrados, unidos como ruedas dentadas que se convierten en un circuito cerrado y que deben girar juntas. Hemos llegado a un estado en el cual nos hemos vuelto un sistema cerrado que nos abarca completamente. Sin embargo, este sistema cuenta con ciertas medidas de libertad dentro de sí. En otras palabras, aun no ha encajado como sistema de engranajes, sino que es como la fricción de unas ruedas que giran juntas, lo cual hace aun difícil lograr el movimiento deslizante, todavía estamos viviendo esta libertad el uno del otro.

Una naturaleza egoísta es cuando yo giro por mí mismo, como una bola, como una rueda solitaria que no está conectada con las otras ruedas, el camino es cómodo para mí. Yo no te molesto, tú no me molestas. Yo no quiero estar relacionado contigo. No somos alpinistas que dependen unos de otros. No quiero ser dependiente. Yo hago mi trabajo, Tú has el tuyo.

Cuando el sistema esté completamente revelado, veremos que es global, integral, y que todas sus piezas están totalmente vinculadas, como un enorme organismo vivo. Sus partes individuales no tendrán ningún libre albedrío para hacer lo que quieran hacer, ya esto no existe en la naturaleza. Todo permanece por medio de la ley del determinismo.

(56912 – De la charla sobre educación global del 9/7/2011)

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