¿Por qué no aprendimos nada de la crisis?

laitman_2009-03_8080[1]Pregunta: La actual crisis global mundial ha golpeado a mucha gente. Sin embargo, una vez terminados los golpes, las personas no han prestado atención a la ciencia de la Cabalá. En lugar de eso, han decidido que los tiempos difíciles han concluido y que ahora se inicia una época próspera que hará que todo se arregle.

Respuesta: Es comprensible.  La crisis se está agravando, pero puesto que nadie tiene la solución, no se habla de ella. Esto sucede en todos los países.

El hombre recibe un buen número de golpes por cometer acciones deshonestas, pero no puede dejar de conducirse de esta forma. Esto significa que los golpes no fueron lo bastante fuertes como para enseñarle a actuar correctamente.

¿Por qué no aprendemos de los errores del pasado? Cualquiera pensaría que es elemental. ¡Si tan sólo los pequeños golpes nos ayudaran a llegar a la corrección inmediatamente! Pero nuestro egoísmo se desarrolla constantemente y se vuelve muy voluminoso. Y puesto que cada vez somos más egoístas, los golpes anteriores no logran hacernos actuar correctamente.

Por ejemplo, he robado diez dólares y he recibido un castigo. Ahora, cuando miro diez dólares me acuerdo del castigo y esto me retiene. Sin embargo, ¿qué pasará si encuentro cien dólares? Nunca he recibido un castigo por cien dólares, por consiguiente los cien dólares no se encuentran conectados con el castigo en mi conciencia. Así pues robo los cien dólares y recibo el castigo.

¿Y qué pasaría con mil dólares? ¡Lo mismo! Así es nuestra naturaleza: como la de un animal sencillo que conoce únicamente lo que ha sentido.  Por eso está escrito: «El hombre no cumplirá un mandamiento (la acción del otorgamiento y amor al prójimo), a menos que lo incumpla primero (descubre la acción contraria dentro de sí)”. Primero, debe tropezar, «robar», y después arrepentirse y corregir lo que ha hecho. Y es algo que  hacemos solamente después de recibir golpes. Sin ellos es imposible que una persona cambie.

La ciencia de la Cabalá explica  que cada deseo se desarrolla de acuerdo a cuatro etapas, desde el momento que nace hasta su forma final. Estamos hechos de deseo e intención, por lo tanto existen cuatro posibles combinaciones del deseo y la intención, porque hay un total de cuatro combinaciones partiendo de dos variables: «deseas algo y tienes la intención», «no deseas algo y no tienes la intención», etc. (Consultar el Talmud Eser Sefirot, Reflejo Interior).

Debo pasar cuatro etapas de golpes y aclaraciones, hasta que llegue a la última fase: cuando ya desee usar mi egoísmo únicamente para el otorgamiento y el amor desinteresado y sin respuesta.

Por eso es imposible aprender con un pequeño golpe. Se debe a que existe una ley que actúa entre el deseo y la Luz.

La Luz crea el deseo y el deseo se comporta exactamente según el programa que le ha sido otorgado por la Luz. Si esto es el deseo de disfrutar, entonces él quiere sólo recibir  placer. Para enseñarle a otorgar, la Luz siempre influye en el deseo a través de las cuatro fases.

Y sólo en la última fase el deseo reconoce que está recibiendo, siente vergüenza y realiza la restricción. Y así ocurre en cada acción espiritual.

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