¿Quién soy: el amo de la vida o un juguete de cuerda?

Hoy en día estamos entrando a un sistema que nos demuestra que debemos actuar con base en el otorgamiento, con base en la conexión entre nosotros, con base en la conexión con el grupo, y con base en algunas transformaciones nuevas. Estamos en crisis: No nosotros en lo personal, quienes estudiamos Cabalá, sino que el mundo se siente de esta manera ¿De dónde viene esto? ¿Qué es una crisis en general? Es la sensación del egoísmo mundial en relación con el sistema que comienza a manifestarse en nosotros, como una imagen sobre el papel fotográfico en la bandeja de la sala de revelado. Gradualmente, como si surgiera de la niebla, aparece una nueva imagen, y esta imagen no se corresponde con nosotros.

Súbitamente, las propiedades de la Luz, del otorgamiento, y de la conexión mutua, surgen entre nosotros, emergen en nosotros, mientras que las propiedades egoístas, individuales (rechazo, el usarnos unos a otros) existen en la humanidad. El contraste de esos dos sistemas y su impacto mutuo, forma una nueva construcción, inmensa, multifacética: por un lado el sistema egoísta, y por el otro lado, el altruista.

Nunca antes tuvimos esto. Siempre tuvimos sólo un sistema egoísta, y trabajamos dentro de este. Surgieron deseos en nosotros, y los realizamos. Pensamos que todo eso éramos nosotros: Queremos evolucionar, queremos actuar, queremos trabajar y queremos hacerlo todo.

¿Por qué? Se debe a que hemos identificado el egoísmo que surgió en nosotros, en nuestros deseos, dentro de nosotros mismos. No teníamos dudas sobre su origen, porque lo sentimos como nuestro: yo quiero esto ahora, y luego eso y aquello. Nunca me pregunté porque yo repentinamente quiero. No siento como si alguien me hubiera dado esas preguntas, que las hubiera «insertado» en mí, y yo comienzo a trabajar ¡No! me fusiono totalmente con esos deseos; me siento como un todo integral con ellos. Esos son mis deseos que surgen en : Yo quiero.

¿Cómo sucede esto de pronto? Soy un animal promedio con deseos naturales, instintivos, pequeños, necesarios para mi existencia. Y de pronto, tenemos deseos egoístas nuevos que están relacionados con el desarrollo de la tecnología, la sociedad, familia, educación, crianza, cultura, ciencia, la banca, las conexiones económicas y financieras entre nosotros, el intercambio y el comercio, el descubrimiento de nuevos territorios, el desarrollo, y la comunicación ¿De dónde se desarrolló esto en los humanos comparado con el mundo animal que no evoluciona de esta manera?

El hecho es que nuestro egoísmo se desarrolla todo el tiempo y nos impulsa a realizar todos nuestros deseos más y más. No siento que los deseos que surgen en mí de alguna parte, vengan de afuera. Siento que surgen dentro de mí, y es por eso que me apresuro a realizar los deseos que supuestamente son «míos».

En realidad, no son mis deseos. Es sólo que no siento que no son míos. Y por lo tanto, voy hacia adelante y actúo. No siento que soy como un pequeño conejo de juguete, al que se le da cuerda y salta. No siento esto hasta el momento adecuado, hasta nuestro tiempo, ahora.

(56098 – De la serie Lecciones virtuales del Domingo del 9/25/2011)

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