“Amar a tu prójimo” es la condición que la Naturaleza nos ha asignado

aboutRecibí una pregunta: Existen personas, asociaciones y organizaciones que se ven a si mismas como agrupaciones cercanas a la naturaleza. Ellos afirman que se aman unos a otros igual que a las plantas y animales. ¿Es esto «amar al prójimo»?

Mi respuesta: «Amar al prójimo» es una ley de la Naturaleza, una condición en el mundo que nos rodea. Esta condición se nos ha revelado repentinamente porque hemos crecido para alcanzarla, al igual que un niño que crece para convertirse en un adulto y de pronto tiene que cumplir con las leyes de la sociedad.

Imagine que todos los medios de comunicación de pronto anunciaran que todo mundo debe cumplir con la ley de «ama a tu prójimo» antes de terminar el año, y todo aquel que no lo haga será ejecutado. No se trata en absoluto de una broma: es la condición que la Naturaleza nos ha establecido. Sin embargo, no tenemos la capacidad de percibirlo.

¿Qué es lo que podemos hacer? Tenemos que aprender cómo llegar a «amar al prójimo». Debemos descubrir lo que significa esta ley, lo que la Naturaleza nos pide. No podemos evitar esta ley. Es necesario aprenderla. ¿Pero, cómo?

Por medio del estudio. Es el único medio que permitirá a la gente entender que no hay escapatoria y la única solución es que una fuerza especial de la Naturaleza nos corrija. Esta fuerza particular influye a la gente que desea la corrección: alcanzar el grado de «amar al prójimo».

Es como una onda de frecuencia entre miles de millones de frecuencias y usted la va a percibir únicamente si lo desea. La Naturaleza requiere que uno se sintonice a esta frecuencia dentro de la cual sentirá que lo único que desea es amar al prójimo. Entonces esta fuerza de la Naturaleza llegará para corregirlo.

Cualquier otro intento nos conducirá a una crisis, para que descubramos este camino a la meta. Las demás direcciones gradualmente van desapareciendo a nuestro alrededor. A esto se le llama «las plagas egipcias», y a la laga nos harán comprender que no existe otra opción. Cuando nos encontremos en la oscuridad total, estaremos dispuestos y ansiosos por alcanzar sólo una cosa: «amar al prójimo». ¿Hacia dónde huyó la gente de Egipto? Hacia el amor, como lo hizo patente la unidad que más adelante ocurrió en el Monte Sinaí.

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