Análisis de la crisis

Está escrito, «Las únicas personas que no envidiamos son nuestros hijos y nuestros estudiantes». Yo estoy orgulloso de mis estudiantes.  Por lo tanto me complace publicar textos y mensajes que mis estudiantes me envían.  El siguiente me lo envió mi estudiante Tasha Fridkin de Nueva York

Un análisis de la crisis

Es bien sabido que las leyes de la naturaleza funcionan sin importar si estamos conscientes de ellas o no.  Nadie pensaría poner a prueba la ley de la gravedad saltando por la ventana puesto que por experiencia conocemos cuál sería el resultado.

Sin embargo, pocas personas saben que además de las leyes que afectan nuestros cuerpos físicos, también hay leyes que afectan nuestras almas.  No vemos las almas en nuestro mundo y las interacciones entre ellas también permanecen ocultas.  No obstante, esto no disminuye lo estricto de las leyes que inevitablemente nos afectan aún si no percibimos claramente su influencia.

Según estas leyes, todas nuestras almas están interconectadas en un sistema armonioso y equilibrado que está basado en el principio de otorgamiento.  Cada individuo contribuye lo más que puede al sistema, tomando únicamente el mínimo necesario para sí mismo.

La humanidad, sin embargo, se ha desarrollado de otra manera.  Ha alcanzado un nivel en que cada individuo desea dar el mínimo y utilizar a todos al máximo para su propia satisfacción.  Lo que es más, hemos dejado de tomarlo en  cuenta.  Cada persona quiere ganar la lotería, invertir un dólar y ganar un millón.  ¿Pero, de dónde sale este millón?  Sale de un millón de personas que invirtieron un dólar.  En otras palabras, cada individuo quiere arrebatar a todos los demás para su beneficio.  Y todos lo consideran absolutamente normal.

Pero existe un desequilibrio entre nuestra existencia espiritual y corporal.  La violación de las leyes espirituales causa manifestaciones tanto aparentes como tangibles en nuestro mundo físico, como la crisis financiera actual.  Esta crisis es una manifestación particular de la crisis general de todas las conexiones sociales.  El sistema financiero es el más vulnerable, similar a la sangre en un organismo, conectando y permeando a la comunidad mundial en su totalidad.  Nada ha cambiado en ningún área del sistema financiero; la crisis en puramente psicológica.  Hemos revelado nuestra ineficiente utilización de las conexiones entre nosotros y como resultado hemos perdido nuestra confianza en el sistema y todo el sistema se ha colapsado.

En otras palabras, hemos alcanzado un estado en donde la exterioridad, la estructura y principios de nuestros sistemas integrados está perdiendo importancia en comparación con la interioridad, nuestros pensamientos e intenciones cuando utilizamos estos sistemas.

Si cada uno de nosotros no cambia su actitud hacia las personas que nos rodean, adoptando actitudes que igualan las conexiones entre las almas, entonces continuaremos a oponernos a las leyes de la naturaleza.  De esta forma estas leyes nos afectarán negativamente.  Nadie puede escapar de todo esto, no habrá un lugar en la tierra para escondernos esperando que las cosas mejoren.

El mundo se está derrumbando.  Si ustedes desean salvarse, empiecen con ustedes mismos, en su actitud a las personas que los rodean. Nadie más vendrá a salvarlos.

El mundo está construido por cada uno de nosotros.  Nuestro mundo es nuestro hogar en común y está estructurado conforme a las leyes de la naturaleza.  Nos puede dar ya sea una gran abundancia,  pero si nos lo fundamos en el egoísmo, nos va a traer mucho sufrimiento, que de cualquier forma nos obligará a cambiar.

Material Relacionado:

El remedio a la crisis global

Crisis financiera provoca un repunte en el antisemitismo

La Libertad (00:03:11)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *