“¿Cómo cambiará el coronavirus el comportamiento del consumidor para siempre?” (Quora)

Michael Laitman, en Quora: “¿Cómo cambiará el coronavirus el comportamiento del consumidor para siempre?” 

El coronavirus le puso un freno al paradigma egoísta-competitivo que habíamos aceptado como norma hasta tiempos recientes. 

Es porque llegamos a un punto en el desarrollo humano, donde necesitamos comenzar a crecer más allá de nuestra naturaleza humana egoísta que es la inclinación en beneficio personal a expensas de otros. 

En otras palabras, nuestra era presente está caracterizada por la naturaleza que nos presiona para entrar en equilibrio con su forma interconectada e interdependiente, por eso, ya no es tolerante con nuestro abuso. 

Como tal, los negocios que implican explotación de la gente y de la naturaleza, gradualmente desaparecerán. Los días de abrir los negocios que queríamos -con el motivo de ganancia al frente y la consideración ecológica y social al final, si acaso- terminó. 

Tenemos una enorme tarea esperándonos. Requiere de no menos que equilibrio con la naturaleza, es decir, ajustar nuestra actitud mutua para adaptar las relaciones integrales con todo lo que existe en la naturaleza. 

Así como la naturaleza funciona de acuerdo a leyes de altruismo e interdependencia, así también nosotros necesitamos actualizar la calidad de nuestras relaciones -de egoístas a altruistas, de divisivas a conectadas de buena forma- con el fin de experimentar vidas sanas, seguras y felices, en equilibrio con la naturaleza. 

Nos esperan tiempos interesantes. Pienso que cuando, eventualmente, nos liberemos de las condiciones de la pandemia, sentiremos más claramente que no hay retorno al marco capitalista impulsado de manera artificial en el que estábamos antes que el coronavirus entrara a nuestra vida. 

En esa etapa, también veo que empezamos a reconocer el grado al que cambiamos. 

Si bien, hasta tiempos recientes, la gente respetaba la idea de incrementar los márgenes de ganancia, prestando más atención a los dígitos en las respectivas cuentas de banco que al bienestar de los demás. Pienso que más y más gente despreciará esa tendencia. 

Entraremos en un periodo difícil y confuso. Habrá mucho esfuerzo para intentar revivir el mundo pre coronavirus, junto con un creciente disgusto hacia ese mundo. 

Los negocios y hábitos de consumo serán más enfocados en lo esencial y la gente se aferrará a valores más normales y universales. 

Mientras nos dirigimos al futuro, la gente que quiera dirigir negocios necesitará pensar mucho en que su negocio le de a los demás algo sin lo cual no puedan vivir. 

La naturaleza misma ya no nos dejará dilapidar recursos en entretenimientos en exceso. El alto desempleo barrerá la sociedad y los desempleados no podrán encontrar trabajos asociados a bienes y servicios no esenciales. 

Los gobiernos enfrentarán un problema enorme en términos de qué hacer con su enorme número de población desempleada. 

He propuesto un modelo, que recomienda pagar a esas personas un estipendio que cubra sus necesidades, a cambio de involucrarse en una nueva forma de educación que enseñe a vivir de forma armoniosa en la realidad interdependiente de hoy, una forma de educación ausente en el sistema escolar que nos educó. 

El resto de la población tendrá un trabajo necesario y vital para la humanidad, no en aras de obtener ganancias, riqueza y éxito individual a expensas de otros. 

Sinceramente espero que lleguemos a ese tipo de organización, más temprano que tarde, porque llegaremos de una forma u otra. 

Mientras nos percibamos separados de la naturaleza, capaces de, aparentemente pensar y actuar de forma libre, simplemente fracasamos en ver que somos parte de la naturaleza y la naturaleza nos está guiando a ser correspondientes a sus leyes con o sin nuestra conciencia. 

Llegamos a una etapa de desarrollo, donde, en forma de coronavirus, sentimos el desacuerdo de la naturaleza con nuestra excesiva explotación de sus recursos y de los demás. Veo esta pandemia como nuestra primer etapa importante de purificación. 

Foto de Ryoji Iwata en Unsplash.

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