Necesidad de alcanzar al Creador.
Aún debemos conocer la carencia que siente el alma intelectual. Déjame decirte que es la necesidad de alcanzar a su emanador, pues está grabado en su naturaleza el anhelo de conocer a su emanador y creador, ya que siente su propia existencia. Es decir, se prepararon por defecto para buscar lo que está arriba. (Baal HaSulam, volumen 2 Fruto del sabio, «De mi carne veré a Dios»)
En otras palabras, “La mente desea alcanzar al Creador, porque esta aspiración está impresa en su naturaleza”. (Michael Laitman, «Conoceré al Creador dentro de mí mismo «, una modificación de «De mi carne veré a Dios» de Baal HaSulam)
En cada uno existe el deseo de alcanzar la fuente de la vida: por qué nacemos, qué determina nuestro nacimiento, nuestros atributos, nuestro camino en este mundo y más allá y cómo continuamos nuestra existencia, en qué forma.
Esta información está impresa en nuestra naturaleza y por eso queremos conocerla. Todas nuestras fuerzas internas nos empujan a lograrlo porque es muy difícil vivir sin saber de dónde venimos, para qué vivimos y a qué aspiramos.
En este sentido, los seres humanos en nuestro mundo son mucho más miserables que los animales, porque los animales no tienen esos pensamientos ni pasan por esos estados. Existen sin hacer preguntas. Así es también como viven los niños pequeños, sin preguntarse por el significado de la vida.
Esta pregunta suele surgir cuando se tienen entre seis y siete años. Trata de recordar que cada uno se preguntó sobre el sentido de la vida, especialmente durante su juventud: ¿de dónde vengo? ¿cómo llegué aquí? ¿cómo me desarrollé? ¿cómo terminé en este mundo? ¿qué me está pasando y con qué propósito?
Todas estas preguntas atormentan al hombre hasta que llega a la pubertad y luego las hormonas acaban con ella. Empieza a aspirar a tener una vida sexual activa, a casarse, a intentar aprender una profesión, a tener una carrera, etc. En su vida surgen problemas totalmente diferentes y las preguntas sobre el sentido de la vida se van olvidando poco a poco.
Sin embargo, surge el deseo de descubrir quién soy, por qué y qué me está sucediendo, pero la vida no les permite desarrollarse. Finalmente, terminamos nuestra vida cansados y viejos sin haber logrado nada. Simplemente necesitamos entender que si se nos da el deseo de alcanzar al Creador, básicamente lo cure todo y nos hace avanzar.
No se puede decir que esta carencia no se defina en la consecución de su emanador, sino que más bien persigue todos los secretos y deseos de saber sobre cosas y encarnaciones sobrenaturales, sobre lo que hay en el corazón de un amigo, etc. (Baal HaSulam, «De mi carne veré a Dios»).
“Este deseo no está limitado por el alcance del Creador; se manifiesta con respecto a todo lo que está oculto. Aspira a descubrir el misterio de las encarnaciones de la vida, los secretos guardados en el corazón del hombre, etc.” (Michael Laitman, «Conoceré al Creador desde dentro de mí mismo», una modificación de «De mi carne veré a Dios» de Baal HaSulam)
Esto le sucede a la gente que siente un deseo especial por lograr su alma, con la que puede alcanzar al Creador.
Pero está claro que sólo este alcance es una carencia interna, que no se llama «retoño». Sino la indagación en las criaturas es una extensión hacia otras, porque si no hubiera habido creaciones en el mundo —como si fuera la única creación— no se habría tratado de alcanzar en lo absoluto. (Baal HaSulam, “De mi carne veré a Dios” ”)
“El alcance de los seres creados es una acción dirigida a la gente alrededor. Si sólo se hubiera creado uno en el mundo, no habría aspirado a tal alcance». (Michael Laitman, «Conoceré al Creador desde dentro de mí mismo», una modificación de «De mi carne veré a Dios» de Baal HaSulam)
Esto significa que recibimos deseos de los que son similares a nosotros, de personas que nos rodean y esto determina nuestro camino en la vida.
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De Kabtv «Fundamentos de Cabalá» 23/jun/19
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