Como un manojo de cañas—Mezcla de campanas, Parte 4

comounmanojoComo un manojo de cañas. Por qué la unidad y la garantía mutual están en la agenda del día,  Michael Laitman, Ph.D.

Capítulo  7: Mezcla de campanas

Ser judío o no ser judío – he ahí la cuestión

La tierra de las posibilidades ilimitadas

Una vez consolidado como una fuerza mayor en Alemania, el judaísmo reformado se extendió a Estados Unidos, Hungría y un número de países de Europa Occidental. Esta fue la consecuencia de la emancipación de la judería alemana.[i] Un proceso similar de dispersión ocurrió con el judaísmo conservador[ii] y las dos denominaciones se convirtieron en fuerzas religiosas predominantes en la judería de Estados Unidos hacia la mitad del Siglo XVIII.

En Respuesta a la modernidad: una Historia del movimiento reformista del judaísmo, el Profesor Michael A. Meyer de HUC, escribe que si bien la reforma judía en Alemania constantemente se tenía que defender tanto del establecimiento ortodoxo arraigado, y de la intervención gubernamental, estos impedimentos no existían en Estados Unidos. “Es verdad, individual y colectivamente, los norteamericanos no estaban libres totalmente del prejuicio”, agrega Meyer, pero en Estados Unidos no existía el control del gobierno sobre la religión, ni una iglesia conservadora establecida que sirviera de modelo para la vida religiosa”. [iii]

Por lo tanto, el judaísmo reformado y conservador encontró en Norteamérica una tierra de posibilidades ilimitadas. La actitud de fusión con el anfitrión, una sociedad predominantemente cristiana, ha hallado al fin un terreno fértil en donde crecer. Según el profesor Meyer, “Los judíos alemanes no podían realmente sentir que fueran socios en la formación del destino de la nación con la que tanto se habían identificado. Estados Unidos era diferente también en este sentido. Al igual que las grandes naciones europeas tenía un profundo sentido de misión, pero esa misión reposaba sobre un destino no solamente no cumplido sino totalmente indeterminado. En Norteamérica, los judíos reformados podían sentir que su propio concepto de misión podía entretejerse dentro de un propósito nacional mucho mayor aun rudimentario”.[iv]

Ciertamente, con la excepción obvia de Israel, la contribución de los judíos a la configuración de una nación nunca ha sido más sustancial de lo que fue y aún es en Estados Unidos. Ya sea en la economía, el entretenimiento, educación, política y cualquier otro aspecto de la vida norteamericana, los judíos juegan un papel importante, o quizás el principal.

Nunca en toda la historia los judíos habían estado tan bien posicionados para cumplir con la misión para la que fueron elegidos. Están enraizados en todas las áreas de la vida pública norteamericana, y consolidados en los medios que determinan el discurso y la opinión pública. Considerando la predominancia de la cultura americana a nivel mundial, los judíos pueden ahora influir en el cambio que impactaría al mundo entero.

Dicho de otra forma, a pesar del antagonismo hacia Estados Unidos que sienten otras naciones poderosas, la cultura global -y por consiguiente las normas sociales- son aún predominantemente norteamericanas. Las películas importantes llegan desde Norteamérica, la música pop viene principalmente de Norteamérica, los principales medios noticiosos provienen de Norteamérica, y la red de Internet está en manos de compañías norteamericanas como Google, Facebook, Microsoft y Apple. En cierto sentido, Norteamérica es para el mundo lo que Nueva York es para América: si la haces allí, la harás en cualquier lado.

Los judíos norteamericanos, por consiguiente, tienen una responsabilidad mayor en cumplir con su obligación, que cualquier otra judería, tal vez con excepción del estado de Israel. Si la judería norteamericana se une e impulsa los valores de la garantía mutua, el resto de la sociedad norteamericana los seguirá.  Hoy en día, muchos norteamericanos entienden que los principios en los que se basó el Sueño Americano ya no son válidos. La egolatría rampante y un excesivo sentido de que “todo me lo merezco” han acabado con todo lo que tenía de bueno la libertad de expresión, para emprender, para trabajar duro y salir adelante y vivir bajo una fe.

Existe tanta violencia, desconfianza, competitividad y explotación dentro de la sociedad norteamericana que a menos que ocurra un cambio trascendente en el corto plazo, la sociedad hará implosión. Y si eso sucede, a los judíos, como siempre, se les culpará de ello. Los argumentos sobre la contribución de los judíos a la ciencia, la cultura y la economía serán desairados y a los ojos de todo el mundo los judíos serán los malhechores evidentes. El antisemitismo latente durante algunas generaciones surgirá con estrépito a la superficie y no se pueden descartar los horrores de la Alemania nazi.

Como hemos visto a través de este libro, los judíos y los no judíos por igual, están muy conscientes de que los judíos son una fuerza especial, una unidad creada para una misión específica. En 1976, la Conferencia Central de Rabinos Americanos (CCAR) adoptó una plataforma a la que se le dio el nombre de “Judaísmo Reformado: una perspectiva centenaria”. En esa plataforma la conferencia anunció, “Hemos aprendido que la supervivencia del pueblo judío es la prioridad máxima y que cumpliendo con nuestras responsabilidades como judíos, ayudamos a la humanidad a avanzar hacia su realización mesiánica”.[v]

Ciertamente, ahora el pueblo judío es la única nación en donde es posible la cohesión y la subsecuente revelación, alcance (espiritual) y adquisición de la cualidad del Creador, la cualidad de otorgamiento. “Nuestra realización mesiánica”, ya sea que los delegados de la conferencia estuvieran conscientes o no, es para que todas las naciones obtengan las cualidades mencionadas y disfruten de sus beneficios. Hasta que no cumplamos con nuestra misión, el mundo continuará culpándonos por toda la adversidad y aflicción que recaerá sobre él. Y cuanto más eludamos nuestra misión, con más dureza nos obligarán a retomarla.

El profeta Jonás debe representar un recordatorio a cada judío que nuestra vocación fue pre-ordenada y no es negociable. Podemos cumplirla voluntariamente y cosechar sus beneficios o la seguimos de mala gana y cosechamos el castigo del mundo como la historia lo ha probado una y otra vez.

Con muy buena voluntad, la sección de la plataforma se titula acertadamente, “Esperanza: nuestra obligación judía”. En esa sección la CCAR hace suyo un compromiso supremo “…nuestro pueblo siempre se ha negado a perder la esperanza. Los sobrevivientes del Holocausto, a quienes se les concedió la vida, se apoderaron de ella, la alimentaron y elevándose por encima de la catástrofe, mostraron a la humanidad que el espíritu humano es inquebrantable. El Estado de Israel demuestra que… un pueblo unido puede salir triunfador en su historia. La existencia del judío es un argumento contra la desesperanza; la supervivencia judía es una garantía de esperanza para la humanidad.

“Somos los testigos de Dios de que la historia no carece de sentido. Afirmamos que con la ayuda de Dios el pueblo no es impotente para influir sobre su destino. Nos dedicamos, como lo hicieron las generaciones de judíos que vinieron antes de nosotros, a trabajar y esperar el día en que, “Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo monte porque la tierra estará llena de conocimiento del Señor como cubren las aguas el mar” (Isaías 11:9).[vi]

Ciertamente la historia, particularmente la historia judía, no carece de sentido. Tiene un propósito educativo: enseñarnos nuestro papel en la vida y mostrarnos el camino correcto y diferenciarlo del camino incorrecto, el sendero feliz y el sendero doloroso. Sin embargo, nosotros elegimos cuál decidimos seguir.

En su Introducción al Libro del Zóhar, el cabalista del Siglo XX, Baal HaSulam hace referencia específicamente al papel del pueblo judío en este momento, “Es preciso tener presente que en todo existe la interioridad y la exterioridad. En el mundo en general, Israel, los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob son considerados la interioridad del mundo (más cercanos al Creador) y las setenta naciones (el resto de las naciones) son consideradas la exterioridad del mundo… Asimismo, tenemos la interioridad en cada persona de Israel -el Israel interior- que es el punto en el corazón (deseo del Creador, del otorgamiento) y tenemos la exterioridad, las naciones del mundo interiores (todos los otros deseos)…

“Cuando una persona de Israel realza o dignifica su interioridad, que es Israel en esa persona, por encima de la exterioridad, que son las naciones del mundo en su interior… al hacerlo, la persona logra que los hijos de Israel asciendan en su interioridad y ascienda también la exterioridad del mundo. Entonces las naciones del mundo… reconocen y toman conocimiento del valor de los hijos de Israel”.

“¿Y si ocurre lo contrario, Dios no lo permita, y un individuo de Israel realza y tiene en estima su propia exterioridad, que constituyen las naciones del mundo dentro de él, más que su Israel interior, como está escrito en Deuteronomio 28:43 ‘El forastero que vive junto a ti”, es decir, la exterioridad de esa persona se eleva y remonta, y tú mismo, la interioridad, el Israel dentro de ti, se hunde? Con estas acciones, el individuo causa que la exterioridad del mundo en general -las naciones del mundo- se remonte a lo alto y venza a Israel, rebajándolos hasta el polvo y que los hijos de Israel, la interioridad del mundo, se hundan hasta el fondo”.

“No es de sorprenderse que las acciones de una sola persona causen ascenso o descenso en todo el mundo, ya que es una ley inquebrantable que lo general y lo particular son tan idénticos como dos guisantes en una vaina. Y todo lo que se aplica a lo general, se aplica a lo particular también. Además, las partes constituyen lo que se encuentra en el todo, pues lo general solo aparece después de la aparición de sus partes, según la cantidad y la calidad de las partes. Evidentemente, el valor de una acción de una parte eleva o baja al entero”.[vii]

Lo que es más, continúa Baal HaSulam: “Cuando una persona incrementa su trabajo en la interioridad de la Torá y sus secretos (esfuerzo por alcanzar al Creador) en esa medida uno consigue que la virtud de la interioridad del mundo (que es Israel) se eleven por encima de la exterioridad del mundo, que son las naciones del mundo. Y todas las naciones admiten y reconocen el mérito de Israel sobre ellos, hasta el cumplimiento de las palabras, ‘Tomarán a otros pueblos y llevándoselos a su lugar se los apropiará la casa de Israel sobre la tierra del Señor’ (Isaías 14:2) y también ‘Así dice el Señor, He aquí que voy a alzar hacia las gentes mi mano, y hacia los pueblos voy a levantar mi bandera: traerán a tus hijos en brazos y tus hijas serán llevadas a hombros’ (Isaías 49:22).

“Pero si ocurre lo contrario, Dios no lo permita, y una persona de Israel degrada la virtud de la interioridad de la Torá y sus secretos, que trata de la conducta de nuestras almas y sus grados (alcance del Creador y transmisión de este alcance)… (Las naciones) humillarán y deshonrarán a los hijos de Israel y considerarán a Israel como superfluo, como si el mundo no necesitara de ellos”.[viii]

Cuando esto sucede, agrega, “la exterioridad del mundo entero, que son las naciones del mundo, se intensifican y anulan a los hijos de Israel: la interioridad del mundo. En tal generación, todos los destructores de entre las naciones del mundo levantan sus cabezas y quieren principalmente destruir y matar a los hijos de Israel, como está escrito (Yevamot 63) ‘Ninguna calamidad le acontece al mundo sino por Israel’. Esto quiere decir, como está escrito en las anteriores correcciones, que ellos causan la pobreza, la destrucción, el robo, el asesinato y la destrucción de todo el mundo”.[ix]

En conclusión, si llevamos a cabo nuestro papel y transmitimos la luz de la benevolencia al mundo, la cualidad del Creador, la interioridad a la que se refiere Baal HaSulam, entonces la interioridad de las naciones del mundo, los justos de las naciones del mundo, dominarán y subyugarán su exterioridad, que son los destructores. Y la interioridad del mundo, también, que es Israel, se levantará con todo su mérito y virtud sobre la exterioridad del mundo, que son las naciones. Entonces todas las naciones del mundo reconocerán y admitirán el mérito de Israel sobre ellos.

“Y se cumplirán las palabras de Isaías 14:2, “Tomarán a otros pueblos y llevándoselos a su lugar se los apropiará la casa de Israel sobre la tierra del Señor’. Y también ‘Así dice el Señor, ‘He aquí que voy a alzar hacia las gentes mi mano, y hacia los pueblos voy a levantar mi bandera: traerán a tus hijos en brazos y tus hijas serán llevadas en hombros’ (Isaías 49:22).[x]

Parece una tarea muy pesada que un número tan reducido de personas pueda marcar una diferencia tan grande en el mundo, pero a decir verdad, el éxito o el fracaso de nuestros esfuerzos depende de una sola cosa: nuestra unidad. Y de esta forma, para recordarnos el papel trascendental que tiene la unidad en nuestro triunfo como nación y el triunfo de nuestra misión, el siguiente capítulo estará dedicado a las palabras de nuestros sabios a través de los tiempos, revelándonos sus pensamientos acerca de la unidad. Posteriormente, examinaremos los medios con los que podemos alcanzar esa unidad.

[i] Assimilation and Community: The Jews in Nineteenth-Century Europe,(Asimilación y comunidad: Los judíos en la Europa del siglo diecinueve) Ed: Jonathan Frankel, Steven J. Zipperstein, 12.

[ii] “Conservative Judaism,” (Judaismo conservador)The Encyclopaedia Britannica, url:http://www.britannica.com/EBchecked/topic/133461/Conservative-Judaism

[iii] Michael A. Meyer, Response to Modernity: A History of the Reform Movement in Judaism (Respuesta a la modernidad: una historia del movimiento reformista del judaísmo) (Detroit, US: Wayne State University Press, 1995), 226.

[iv] Meyer, Response to Modernity: A History of the Reform Movement in Judaism (Respuesta a la modernidad: una historia del movimiento reformista del judaísmo), 227.

[v] Reform Judaism: A Centenary Perspective, Adopted in San Francisco (Reforma del judaísmo: una perspectiva centenaria adoptada en San Francisco) – 1976 (Oct. 27, 2004), url:http://ccarnet.org/rabbis-speak/platforms/reform-judaism-centenary-perspective/ vi] ibid.

[vii] Rav Yehuda Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam), Los Escritos de Baal HaSulam, “Introducción al Libro de El Zohar” (Ashlag Research Institute, Israel, 2009), 450-453.

[viii] ibid.

[ix] ibid.

[x] ibid.

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