En cada persona se despierta “el punto en el corazón, por lo menos una vez durante su vida. Pero la gente generalmente piensa que el vacío y las sensaciones molestas que experimenta se deben a causas cotidianas y no entiende que es su alma que se despierta y exige que se le desarrolle.
La mayoría de las personas no ponen atención a estos momentos los cuales llegan durante diferentes ciclos de vida. No entienden que ellos nos empujan a iniciar el desarrollo espiritual del alma, y piensan que todo ocurre por culpa de causas ordinarias, y no por la elevada meta superior.
Pero, después de que se le despierta de esta forma en numerosas ocasiones, la persona empieza a entender por qué se siente mal. Esta comprensión se llama el reconocimiento del mal: la persona toma consciencia de que se siente mal no por culpa del vacío, sino por culpa de la mentira y la ausencia de la verdad. Y lo experimenta de tal modo, que está dispuesta a escuchar la verdad sin importar cuán amarga pueda ser.
Se encuentra listo para soportar la ausencia de “llenado” y prefiere realizar una restricción de su egoísmo para acercarse ligeramente al otorgamiento. La persona tiene que comprender que cuando las preguntas difíciles lo torturan, cuando su mente está apesadumbrada y se siente incapaz, este es el principio de la revelación del alma. En ese momento no tendrá otra opción sino desarrollarla, pues de lo contrario tan sólo estará prolongando su sufrimiento.