¿Cuál es nuestra culpa?

Cuando el hombre le pide perdón al Creador, tiene que sentir que pecó. De lo contrario, parece que simplemente se burla del Creador y de todo el sistema que Él creó. Sin embargo, no sentimos que hayamos cometido ningún pecado y no creemos que debamos ser corregidos. Es porque hay una ley en la naturaleza que dice que repites una falta, a la segunda vez y ya la consideras permitida, no la reconoces como pecado.

Por eso, debemos pensar: ¿es posible que cometamos violaciones en nuestra vida? De hecho, estamos llenos de culpas, cada uno a cada momento. Sin embargo, volvemos todo el tiempo y por lo tanto, en nuestro ego, no sentimos que estamos cometiendo una falta. Repites esa falta por segunda vez y ya consideras que es normal; esta es la ley de la naturaleza.

El hombre se siente perplejo: ¿Qué hice? ¿a quién dañé? La transgresión se siente sólo la primera vez. Después, puedo repetirlo mil veces y no sentiré que estoy haciendo algo malo.

Por eso no nos sentimos pecadores cuando le pedimos perdón al Creador, ¿cuál es nuestra culpa? Antes de Rosh HaShaná es costumbre llorar y pedir perdón, pero son lágrimas artificiales, pues no reconocemos nuestras faltas.

Por lo tanto, debemos ser incluidos en la decena y descubrir que descuidamos a nuestros amigos, nuestra conexión y nuestro llamado al Creador. No sentimos que constantemente cometemos las mismas faltas y, dejamos de considerarlos pecados, vicios.

Debería sentir cuánto desprecié al Creador y pedirle perdón por no apreciarlo lo suficiente, por no darme cuenta de que sólo el Creador hace todo, arregla todo, controla todo, que no hay nada más que Él y yo, dependo de Él cien por ciento.

No consideré correctamente la presencia del Creador en mi vida, no reconocí que sólo Él determina mis pensamientos, deseos, percepción de la realidad. Ahora pido perdón porque no le di importancia al Creador.

Es decir, todas mis súplicas de perdón son sólo con respecto a la singularidad del gobierno superior y todas mis súplicas al Creador son sólo a través de la decena. Esto lo establecemos dentro de nuestra conexión: cuánto desprecio a mis amigos, no los considero grandes y no valoro que la decena es la única herramienta que puede dirigirme hacia el Creador.

En la medida en que ignoro a mi decena, ignoro al Creador. Por eso, en primer lugar, debo trabajar con mi decena y a través de ella, llegaré al Creador.
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De la lección diaria de Cabalá 15/sep/20, «¿Qué es la preparación para Selijot (perdón)?»

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