Cuando el egoísmo se encuentra indefenso

gruppa_serdze_100_wpEmpezamos progresando hacia la meta egoístamente. Como no vemos ninguna otra salida, nos unimos como soldados al ejército para atacar nuevas fronteras. Pero entonces, al ir trabajando internamente y cediendo entre nosotros, nos volvemos más sensibles y descubrimos que no tenemos el atributo de otorgamiento. Nos damos cuenta que deberíamos de estar muy felices de unirnos a nuestros amigos, pero no podemos hacerlo.

En nuestra vida de todos los días, encontramos la fuerza para unirnos y alcanzar juntos la meta deseada porque la meta es egoísta y vemos el beneficio mutuo. Pero la meta espiritual es opuesta a la unidad egoísta que conocemos. Existe una contradicción entre la meta fijada y la separación que reina entre nosotros. Gradualmente revelamos que no nos unimos, sino que por el contrario, nos odiamos. Así es como revelamos el mal dentro de nosotros, que antes no notábamos.

Como resultado, nos quedamos indefensos, sin saber qué hacer. De ahí en adelante llegamos a un estado llamado “de oración” en donde empezamos a suplicar al Creador que nos dé a los amigos la fuerza para unirnos.

Debido a eso, tres elementos se unen: El Creador, mis amigos y yo, que nos vinculan y nos proveen la conexión entre nosotros y la Luz que empieza a llenarnos. Así es como el mundo espiritual se abre para nosotros.

(Extracto de la lección sobre el artículo del libro Shamati, correspondiente al 25 de diciembre 2009).

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